El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
No, no se trata de una inocentada, sino de la imagen que presentaba el centro de Moralzarzal tras la brillante idea de colocar paraguas de colores como parte de la decoración navideña. Alguien debió pensar que “con la que está cayendo”, esta era la mejor forma de adornar las calles, pero parece que pasó por alto que el viento (nada de vendavales, sino unas simples rachas) pondría los paraguas de vuelta y media, como así ocurrió, desarmando completamente su estructura.
Afortunadamente, alguien en el Ayuntamiento debió entender que el invento había fallado y ordenó desmontar el tinglado (la misma suerte corrió el árbol de Navidad paragüero) la víspera de Nochebuena, de modo que ahora se ha dejado únicamente la iluminación con bombillas. Otra cosa es si, en tiempos de crisis como los que vivimos actualmente, decoraciones de quita y pon como esta, con el consiguiente coste, son las más adecuadas...