El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La Flor de Pascua -Euphorbia, Poisenttia, Pulcherrima-, originaria de México, conocida también como estrella de Navidad, pues es precisamente en estas fechas cuando alcanza su floración máxima, adornando con esplendor casas y jardines.
Pulcherrima significa la más bella, por el color rojo intenso que adquieren algunas de sus hojas en esta época del año. En realidad, muchos se habrán apercibido de ello, no son las flores las que son rojas, sino las hojas que rodean unas flores formadas por pequeñas vainas amarillas, con negros estambres que salen del centro de la planta.
En este tiempo cercano a la Navidad, la vida sigue floreciendo casi imperceptiblemente, con muchos los árboles de hoja caduca que compensan las flores que están ya a la espera de otra primavera. El intenso frío del invierno va adueñándose de nuestra geografía. Las alertas por el viento, lluvia y tormentas están a la orden del día. Se ansía el calor del hogar -en su más amplio sentido-, pero son muchas las familias, demasiados por desgracia, las que, por una causa u otra, carecen de él. Tampoco son pocos los que no tienen medios ni para cubrir las necesidades básicas de subsistencia. Vivimos un tiempo marcado por una profunda crisis económica. Es posible que muchos piensen que apenas pueden hacer algo por evitarlo -sea grande o pequeña su aportación-, para poder sacar del atolladero a esos cientos y cientos de personas que están en el umbral de la pobreza.
Un año más se acerca la Navidad y tengo la sensación -¡ojalá no esté en lo cierto!- de que los gestos son cada vez más pequeños en favor de los más necesitados, siendo incapaces de cubrir con su generosidad la pobreza que nos rodea; aunque como también ocurre con las flores de Pascua, los gestos e iniciativas estén llenos de entrega y cariño, a través de aportaciones económicas, de alimentos, ropa y juguetes.
Aún así, la Navidad ya está a la vuelta de la esquina Poco a poco, innumerables luces de bajo coste y de los más variopintos colores, brillarán en calles y plazas. Sonarán, posiblemente con menos intensidad que antes, villancicos con zambombas y cascabeles. La Nochebuena ya está a pocos días vista. Es momento, pues, de mirar al cielo sin escandalizarse con las estrellas, porque todas brillan más, para poder descubrir la más bella. Empieza la Navidad.