El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La feria de Galapagar 2012 ha tenido apuntes de relieve, pero no se ha terminado de redondear casi nada. A veces falló el ganado, como ocurrió el domingo con los novillos de José Cruz, otros fueron los novilleros los que no estuvieron a la altura. La ausencia de David Martín o Román se ha notado mucho en el serial. Con acierto vino Juan Leal a sustituir al valenciano, pero un novillo de Pérez Villena le infirió una cornada, por lo que su actuación quedó en el limbo. El público acudió al reclamo de las tres novilladas, pero el ganado debería subir un punto en su presentación. Es el más chico y cómodo que ha salido en toda la comarca.
El sábado, una presidencia excesivamente triunfalista otorgó orejas a troche y moche. También se le fue el pañuelo para conceder una vuelta al ruedo a un novillo que nadie solicitó. De los utreros lidiados de Pérez Villena hubo tres más potables y tres de menor juego. José Ignacio Rodríguez, Fernando Lomeña y Juan Millán se repartieron seis orejas bastantes festivaleras.
El domingo, sin embargo, la presidencia se puso dura y racaneó algún trofeo que sí debió ser concedido. Ni los cuatro novillos de la ganadería titular de José Cruz dieron juego, ni tampoco los dos remiendos de Pérez Villena. Alberto Durán realizó lo mejor de la tarde, toreando con mando y largura en varias series de muletazos. Sólo sumó un trofeo por culpa de los aceros, pero su balance debió ser mucho mayor porque su buena actuación así lo requería. Sebastián Ritter dio hasta dos vueltas al ruedo tras la negativa del palco presidencial. La suya fue una faena preñada de decisión, raza y entrega frente a un novillo muy parado. Puso todo la carne en el asador, pero no tuvo recompensa. Juan Leal recibió una cornada de 15 centímetros.
En la novillada inaugural del viernes 14, Mazzantini cortó la primera oreja del serial mientras que Víctor Álvarez fue ovacionado frente a utreros sosos de Antonio San Román. También recibió aplausos el rejoneador Álvaro Montes.