El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El local Lorenzo Sánchez, Luis Miguel Castrillón y David Martín abandonaron la plaza de toros de Los Molinos por la puerta grande tras desorejar a un manejable encierro de José Cruz que careció de un punto de raza y chispa. Las orejas tuvieron un peso muy distinto, pero la gente disfrutó y se vivió una buena tarde de toros. Hay que celebrar la buena asistencia de público que tuvo la novillada, celebrada con motivo de las fiestas patronales. Casi tres cuartas partes de su aforo, por la bajada del precio de las localidades, lo que ha supuesto una de las claves de este éxito.
En el plano artístico, merece destacar el nuevo triunfo cosechado por el novillero de Galapagar David Martín, que cortó un total de cuatro orejas. Llevó a cabo la faena de la tarde ante su primer novillo. Una labor bien construida, toreando muy asentado sobre la mano derecha y rematando con pases de pecho de pitón a rabo. Caló mucho su faena y tras un soberano espadazo que tiró sin puntilla al noble novillo de José Cruz, se le otorgaron dos orejas. El de Galapagar sumaría otras dos del parado ejemplar que cerró el festejo, en una faena técnica, un punto fría y donde no hizo una sola concesión a la galería.
Con un concepto radicalmente opuesto, el local Lorenzo Sánchez cortó los máximos trofeos al novillo más completo del festejo, que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El novillero suplió sus carencias técnicas, lógicas por otra parte en el que torea poco y tiene enfrente un gran novillo, con muchas ganas, capacidad y una fe ciega en no dejar pasar la oportunidad de triunfar ante sus paisanos. Siempre buscó las vueltas a este buen novillo y tras una gran estocada donde salió prendido sin consecuencias se alzó con el triunfo tras la emotividad del momento.
La novillada de José Cruz estuvo bien presentada, aunque la faltó empuje y fondo. Así ocurrió con el noble primero y con el lote de Luis Miguel Castrillón, quien también se llevó dos orejas en el esportón, un tanto generosas, tras estar entregado frente al utrero más manso del sexteto. Dio muchos pases, aunque al conjunto le faltó unidad y calidad. Mató bien y eso ayudó a la concesión del doble trofeo.
En la novillada sin picadores celebrada el domingo 16 destacó por sus ganas y actitud el joven novillero Santiago Esplá. Se lidió un encierro muy flojo de Pablo Mayoral.