El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
En la película de Mariano Ozores ‘Los Bingueros’ (1979), la pareja Esteso-Pajares creyó que el bingo sería la solución a sus muchos males económicos, pero como casi siempre ocurrir en este tipo de casos, la ilusión por lograr dinero fácil acabó sepultando los pocos ahorros que ambos personajes tenían.
Aquella España ‘retro-snob’ y cateta se reedita hoy gracias a la crisis económica, con rubia caliente incluida, ahora en versión concejala 2.0.
Cataluña y Madrid, dos comunidades que se autoproclaman vanguardia económica y social, han pujado estos días por convertirse en el centro del juego europeo. Madrid acogerá el Eurovegas de Sheldon Adelson, un empresario investigado por corrupción. Promete mucha inversión y empleos. ¿Les suena el estribillo? Cataluña, que no podía quedarse atrás en esa obsesión cateta por ser más que los catetos de Madrid, anuncia entonces el Barcelona World, otro centro de ocio bestial. También en este caso el promotor tiene pasado judicial.
Pasando por alto la alta probabilidad de que nunca veamos hacerse realidad estos proyectos, los empleos, las inversiones, etc., etc., ¿de verdad creen ustedes que es esta la solución a largo plazo de los problemas económicos que tenemos en España? ¿No hemos escarmentado suficientemente con la burbuja inmobiliaria? ¿Necesitamos acaso importar nuevos ‘Poceros’? Dice Bill Eadington, del Instituto del Estudio del Juego en EE UU, que hay un modelo que se repite: cuando la economía de un país se debilita, las jurisdicciones se muestran más receptivas a acoger casinos, a dar ventajas fiscales para conseguir trabajo e inversiones de forma rápida. Pues eso, que volvemos a ser ‘los bingueros’.