Cartas al Director

• El IVA nos hace la vida imposible

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
A la vuelta de las vacaciones, aunque parezca que todo sigue igual, no es así, pues en apenas un mes se ha producido un cambio radical en nuestro país. Así, cuando usted tenga que pagar el café del desayuno verá que su bolsillo se resentirá un 2 por ciento más que la semana pasada. Y otro tanto sucederá si a mediodía decide comer fuera, porque desde primeros de mes la carta o el menú de los restaurantes, sea cual sea su categoría, va a resultar más caro. Claro que tampoco le va a salir mucho más barato comer en casa, sobre todo si entre su trabajo y su domicilio hay una distancia importante, pues si utiliza su propio vehículo verá que la gasolina, además de su subida habitual, estará gravada con un 3 por ciento más de IVA y el transporte público ha incrementado sus billetes en un 4 por ciento.

Dicho lo dicho, si usted consigue llegar a media tarde con los ánimos todavía calmados ¡cuídese con lo que hace el resto de la jornada!, pues es precisamente ahí donde comienza la franja horaria del ‘subidón’. ¿Que va a un espectáculo deportivo? Pues ala, un 3 por ciento más. ¿Que va al teatro, a un concierto o al cine? Pues venga, nada más y nada menos que un 13 por ciento de añadido. ¿Y si se le ocurre ir al gimnasio a quemar el exceso de ‘kilitos’ que ha ido acumulando durante las vacaciones? Pues se encontrará con otro 13 por ciento de aumento de IVA en su abono mensual. Como estará la cosa que hasta los servicios funerarios también han incrementado sus tarifas. Vamos, que hasta por morirse vamos a tener que pagar un 21 % de dicho impuesto.Así que ya sabe, a partir de ahora, ocio el justo. Para transporte les recomiendo utilizar el de ‘San Fernando’ (un ratito a pie y otro andando), que además de no necesitar gasolina también permite prescindir del parking. ¿Y para comer? Lo básico, es decir comidas elaboradas exclusivamente con alimentos de primera necesidad que, al menos hasta ahora, no se han visto afectados por ese maldito IVA que nos trae a todos a maltraer.

Y quiero terminar mi exposición-denuncia haciendo la siguiente pregunta: ¿Si en alimentación, por ejemplo, se grava más lo prescindible, no es raro que el IVA de un buen libro aumente en la misma proporción que la revista ‘Cuore’?. Además, ¿por qué la entrada en los museos soporta menos IVA que el cine o el teatro? Si alguien es capaz, que me lo explique.

JAVIER MERINO
Collado Villalba