Toros

El ganadero de Collado Villalba Hilario Serrano fallece corneado por un toro en su propia finca

Hilario Serrano, en su finca de Galapagar en julio de 2011 (Foto: El Faro del Guadarrama)

Había lidiado en la reciente feria de Santiago Apóstol

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El ganadero de Collado Villalba Hilario Serrano falleció en la tarde del miércoles por la tarde tras ser corneado por un toro en su finca de Galapagar mientras recogía leña. Serrano, de 79 años, recibió una cornada en el abdomen que le produjo la muerte prácticamente en el acto. El servicio de emergencia 112 de la Comunidad de Madrid recibió a las 20.30 horas una llamada en la que se alertaba que un hombre se encontraba inconsciente en una finca en la que se cuidaban reses, situada en el kilómetro 2 de la M-528, en el término municipal de Galapagar.


Al lugar se desplazaron la Policía Local y la Guardia Civil, así como una UVI del SUMMA, que encontró al hombre, que presentaba una herida por asta de res en el abdomen, ya fallecido y sin posibilidad de reanimación.

Hilario Serrano compró la ganadería en 1998 con vacas y sementales procedentes de El Torreón y la tenía dividida en dos fincas: Monte de Suertes, en Galapagar, donde ha tenido lugar el accidente, y Cubilar Bajo, en Cañamero.

El ganadero había lidiado a finales de julio en la reciente feria de Santiago Apóstol de Collado Villalba, donde el año pasado tuvo el gesto de regalar un sexteto para una corrida, regresando así a la plaza de su localidad.

En un artículo firmado por nuestro compañero Alfredo Fernández en julio de 2011, señalaba que "la vida de Hilario Serrano ha estado siempre ligada al toro bravo. Su pasión no tiene límites y el amor al toreo corre por sus venas. Antes de ser un importante industrial del mueble en Collado Villalba, en sus inicios fue torero y obtuvo muchos éxitos, como el de la Chata, en la vieja Vistalegre de Madrid". “Ser torero y ganadero no tiene que ver, pero es maravilloso. En su momento, salir en hombros en Madrid era la ilusión más grande. Entonces quería ser torero, porque lo de triunfar y ganar dinero es mucho más difícil. Aquel día disfrute mucho y recuerdo que cuando bajaba la calle General Ricardos la gente me decía 'aplaudid, que ahí va un torero en hombros’; aquello me llegó al alma”, comentaba el fallecido ganadero en la citada entrevista.

Desde ‘El Faro del Guadarrama’ queremos trasladar a su familia nuestro más sentido pésame. Descanse en paz.