El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El martes arrancan oficialmente las fiestas de Collado Villalba, con un programa que ayer fue presentado en el Ayuntamiento por el alcalde, Agustín Juárez, y el concejal de Festejos, Alberto Sánchez, quienes subrayaron que la conocida precariedad de las arcas municipales ha hecho que la austeridad sea la nota dominante, lo que ha supuesto un mayor esfuerzo a la hora de organizar las distintas actividades, sin renunciar a la gratuidad de los conciertos en Los Belgas y con el valor añadido de una feria taurina que vuelve a ser referente en nuestra comarca, no sólo por la mediática reaparición de Rafa Camino, sino por la presencia de ganaderías interesantes y de carteles como el ‘mano a mano’ entre Iván Fandiño y Uceda Leal.
Decíamos hace unas semanas, hablando de San lorenzo de El Escorial, que es imprescindible ajustar el presupuesto de fiestas dentro de la política general de hacer más con menos, pero también que no tiene sentido, como reclaman algunos grupos, reducir las celebraciones a la mínima expresión. Y no sólo porque estos días pueden suponer un respiro dentro del panorama marcado por la crisis y las continuas noticias de signo negativo que vienen copando periódicos y telediarios desde hace semanas. Más allá de esa eventual válvula de escape -sin olvidar el disfrute de niños y jóvenes, así como de los propios mayores-, las fiestas suponen una oportunidad única para hosteleros y comerciantes, que tienen marcado en rojo en su calendario estos días en que aumenta el número de visitantes, se organizan los conciertos en la plaza de Los Belgas o los distintos espectáculos taurinos. Se trata de generar sinergias que redunden en una mayor actividad económica, vital en unos tiempos tan difíciles como estos, de modo que el gasto se pueda entender también como una inversión que, en un sentido u otro, beneficiará a todos los villalbinos. Atrás queda el despilfarro de anteriores legislaturas (el presupuesto global no llega al que se manejó en 2010 únicamente para los toros), sustituido ahora por una austeridad que también es sinónimo de sentido común.
Finalmente, cabe pedir también respeto y comprensión hacia los vecinos, de modo que la diversión sea compatible con el descanso.