El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“El área de Festejos del Ayuntamiento anda estos días -después de mucho quita y pon- intentado cerrar definitivamente el programa de fiestas de Santiago Apóstol, algo que no parece nada sencillo porque es fácil intuir que en temas lúdicos sin dinero no se hacen‘milagros’, y el poco que tienen las arcas municipales es mejor destinarlo a asfaltar calles o arreglar el deteriorado mobiliario urbano que gastarlo alegremente en cuchipandas o juergas, un ‘arte’ que con cierta maestría interpretaban JP y su ‘mariachi’ de despilfarradores. Pero bueno, a falta de dinero no hay más remedio que recurrir al ingenio, y gracias a ello parece haberse cerrado la reaparición en la plaza villalbina, tras una larga inactividad, del matador de toros Rafi Camino, una inversión que, pase lo que pase, ya se puede dar por amortizada por dos razones: una, por la expectación que ha levantado en el mundillo del ‘colorín’; y dos, porque permitirá dar un tirón de orejas a quienes defendían a capa y espada a un Tomás Entero que cobraba todos los años alrededor de unos 50 millones de las antiguas pesetas por organizar una feria de risa. Sí, sí, de auténtica risa, dice Lobo Cojo. Y si no recuerden la racanería con la que actuaba este empresario a la hora confeccionar las ferias, ignorando tanto a las divisas más prestigiosas como a los mejores trencillas del momento. Claro que para qué esforzarse si Entero sabía que contaba con un contrato vitalicio (estuvo vigente durante una década), justo el mismo tiempo que reinó el josepablismo en este Consistorio.Ya ven, de aquellos polvos, estos lodos”.