El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El miedo a no conseguir la custodia de un hijo genera agresividad, una agresividad que puede transformarse en odio. Un odio que puede acabar en violencia. Una violencia, que a menudo no es física, pero no por ello le debemos quitar importancia. Recuerdo un padre que denunció que su mujer había sufrido en dos ocasiones trastornos mentales. Este padre presentó la denuncia para conseguir la custodia de su hijo. Recuerdo también a una madre que denunció al padre porque éste no se ocupaba debidamente de su hijo durante las visitas. Esta madre presentó denuncia para no perder la custodia. Todas estas situaciones que perjudican al menor, podrían evitarse con la custodia compartida. El Código Civil, al menos por ahora, no lo facilita. Gallardón dice que lo reformará para hacer que esta fórmula se aplique con más frecuencia.