Opinión

Sueldos e información

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Estamos tan mal con la prima de riesgo a punto de subirse al Seat 600 en el que se ha quedado el chasis de un país que iba de Ferrari por la vida, que nos alegramos ya hasta del décimo puesto conseguido en Eurovisión

. Menos mal que Portugal con sus 12 puntos de rigor siempre anda al quite para darnos un empujón en la clasificación final. Sólo Reyes Amaya la del cero points, sigue echando pestes de nuestros vecinos y Eurovisión por la afrenta de ‘su barca’ hace casi tres décadas. Y no treinta, sino casi un año después -el primer aniversario está fijado para el próximo 6 de julio- RTVE sigue sin presidente, aunque se barrunta que el nombramiento está al caer. Ya es mala suerte que un país con más de cinco millones de parados tarde tanto tiempo en encontrar al candidato idóneo para tomar el mando de la radiotelevisión pública, a cambio de un sueldo de 100.000 euros anuales. Dicho lo cual, nunca he entendido la razón por la que los máximos responsables de RTVE y de las cadenas autonómicas (FORTA) tengan más sueldo que el jefe de Gobierno, sus ministros o la mayoría de los presidentes de los ejecutivos autonómicos. Que el subordinado cobre más que el jefe no cuadra y huele mal éticamente. Porque, que se sepa, el monosabio de la cuadrilla de José Tomás no recibe un cheque mas alto que el maestro de Galapagar. En la televisión pública de nuestro país esta incongruencia no solo es anormal sino habitual, ya vivamos en vacas gordas o desnutridas. El año ‘V’ de la crisis económica echa en falta que, algún día, alguien de TVE se anime a probar en prime line un programa informativo sobre la delicada situación del país con expertos que lo cuenten y expliquen en cristiano para que lo entienda todo el mundo. Esta función televisiva si que la da de lunes a viernes ‘La Sexta’ con Al rojo vivo, espacio que parece disfrutar ejerciendo el papel de pájaro de mal agüero sobre la política del Gobierno Rajoy. El excelente conductor del programa, Antonio García Ferreras, da juego a tertulianos de todas opiniones aunque falla la parcialidad manifiesta tanto del presentador como de los reportajes que acompañan el debate. Aún así, da gusto contar con esta oferta en el mando a distancia y comprobar como unos 400.000 espectadores piensan los mismo cada día. En esto de la información independiente, plural, imparcial y objetiva en televisión les recomiendo andar con pies de plomo porque existen demasiados intereses en juego y son muchos los que ya venden gato por liebre.