ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y la ganadería de Baltasar Ibán han sido los nombres más destacados de esta semana en la plaza de Las Ventas de Madrid. La noticia más amarga de este San Isidro ha sido el corte de la coleta de Julio Aparicio después de dos actuaciones lamentables.
El diestro que sale más revalorizado es Sebastián Castella, que a punto estuvo de atravesar el umbral de la puerta grande en su actuación el jueves 24 de mayo. El francés volvía a Madrid después de derramar su sangre en este coso una semana antes, cortando una oreja de mucho mérito frente a un buen toro de Núñez del Cubillo. Explotó la faena en un gran inicio y luego toreó con largura y mando sobre ambos pitones. Se expuso ante su oponente y llevó la emoción al tendido en la faena más rotunda del largo serial isidril. Varios pinchazos hicieron que se esfumase la posibilidad de la segunda oreja.
Otra de las tardes de mayor emoción fue la del domingo con la corrida de Baltasar Ibán, que tras una larga travesía en el desierto fue capaz de lidiar en Las Ventas una corrida con casta, emoción e interés. Hubo dos toros encastados y con mucho que torear. Serafín Marín estuvo a punto de cortar una oreja, pero se tuvo que conformar con una rácana ovación. El de Ibán presentaba una ecuación difícil de resolver, pero sobre la mano derecha el diestro catalán realizó una primera parte de la faena donde fue capaz de conducir y someter semejante caudal de casta. El toro fue justamente ovacionado.
Para Rubén Pinar fue el otro astado claro del lote. Más manso y suelto en el caballo, pero acabó rompiendo a la muleta con raza, entrega y repetición. Faena irregular del torero, con una primera parte más entonada, aunque luego todo se vino muy a menos.
El resto de la corrida enviada desde tierras de El Escorial tuvo otra nota más baja, sobre todo los dos últimos, pero siempre bajo el denominador común de la variedad y la emoción de que en el ruedo pasaba algo.
Una actuación importante y no siempre valorada fue la que llevó a cabo Miguel Ángel Perera con un toro de Las Ramblas el pasado martes. Fue una faena inteligente y muy ligada mientras el toro duró y luego muy en cercanías, jugándose el tipo ante un ejemplar apagado y sin celo. Muy mandón y con dos soberanos redaños, el torero de Badajoz se inventó una faena que no tuvo premio por pinchar antes de cobrar una estocada.
Esta desfondada corrida de Las Ramblas sirvió para que Julio Aparicio decidiera cortarse la coleta después de una actuación en donde se le vio impotente y mermado de facultades.
El Fandi,·en presencia de Perera, fue el encargado de retirarle el añadido ante las protestas del público.
Desencanto generalizado con los novillos de Fuente Ymbro el viernes 25. Únicamente cuatro pasaron el reconocimiento y acabaron lidiándose tres. Sergio Flores tuvo la actuación más sólida y seria ante el encastado primero. Javier Jiménez realizó una faena con altibajos ante un noble utrero de Navalrosal que se acabó demasiado pronto. Fernando Adrián pechó con uno muy malo de Fuente Ymbro y luego anduvo solvente con el sexto.
En el festejo de rejones consiguió cortar dos orejas Diego Ventura y una paseó Hermoso de Mendoza ante un soso encierro de Los Espartales.
Finalmente, en la vigésima de feria, celebrada el miércoles 30 de mayo, lo más destacado llevó la firma de Javier Castaño, que realizó a su primero una faena de mucho mérito, siendo ovacionado, mientras que con su segundo protagonizó una de las actuaciones más sólidas del ciclo, arrimándose sin miedo. Tenía la oreja más que cortada, pero una media estocada y el descabello lo impidieron. Al final, una vuelta al ruedo de mucho peso.