HANS A. BOCK Galapagar
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Que Galapagar es un planeta en un sistema solar aparte, lo venimos observando desde hace mucho tiempo. Lo que resulta más complicado es entender los motivos que nos llevan a alejamos más de lo que hay en otros pueblos del entorno, aproximándonos a la Edad de Piedra. Y esto se puede comprobar cuando los vecinos nos ponemos en contacto con el Ayuntamiento y vemos que ni siquiera disponemos de una necesaria Oficina de Atención al Ciudadano (OAC), como sucede prácticamente en todos los municipios españoles, con su correspondiente gestor de colas electrónico, dependencias amplias y modernas, registros informáticos, etc. En Galapagar, como somos tan originales, hemos vuelto a la ventanilla clásica. Quiero decir que en 2008, siendo concejal, tuve el gusto de implantar una administración accesible desde internet y con una OAC moderna, gracias a una subvención concedida por el Ministerio de Administraciones Públicas. Un proyecto que el PP, tras la moción de censura, tiró a la basura.
He de reconocer que Carlos Gómez (PP), posteriormente concejal responsable de esta área, puso en marcha otro proyecto no menos ambicioso, al impulsar durante un tiempo una atención ciudadana en la línea de lo que reclamaban los vecinos. También recibió una subvención aún mayor que la nuestra, pero esto le supuso muchas críticas por parte de sus compañeros.
Que hayamos vuelto a la ventanilla clásica, donde sólo falta un viejo trozo de cartón con el ‘vuelvo enseguida’, no creo que se lo merezcan los galapagueños, ni tampoco los funcionarios municipales que deben levantarse de sus mesas para atender al público a través de esta arcaica ventanilla.