Opinión

Hollande y el legado de Zapatero

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El fantasma de la crisis española favorecida por las políticas del insensato socialista Rodríguez Zapatero no le sirvió a Nicolás Sarkozy.

Bien fuera porque no le creyeron o porque en el fondo a los franceses no les molesta tanto estar como los españoles, lo cierto es que le dieron la espalda al presidente francés, que no hizo otra cosa que sacar a relucir los males hispanos como su mejor argumento durante la campaña. Que nadie descarte, tampoco, que un buen número de franceses hayan valorado que si en el lote de la crisis española iba incluido el éxito de nuestros deportistas, quizá les valdría la pena, ya que al fin y al cabo nada habría tan reconfortante para los inventores del chovinismo y la grandeur que ver a dos de los suyos en lo más alto de los podios del Tour y de Roland Garros. Pero ese lustre, por desgracia sobre todo para Sakozy, tendrá que seguir esperando.

En el amplio espectro de conjeturas que se pueden hacer sobre la motivación de los franceses para cambiar de presidente, tampoco no se puede descartar la irrupción en la campaña de la segunda vuelta de la ultraderechista Marion Anne Perrine Le Pen, precisamente, para defender a Zapatero de las vehementes críticas de Sakozy, y equiparar a ambos presidentes en sus maneras de gobernar. De calar ese mensaje en la población, y recordemos que la candidata del Frente Nacional obtuvo el 18% de los votos en la primera vuelta, resultaría que lo único que habría conseguido Nicolás Sarkozy, con sus constante diatriba, contra la España socialista, es hacer campaña contra sí mismo. Tendría su coña, pero no es descartable este argumento, pues al margen de la credibilidad que pueda tener una señora como Le Pen, es obvio que muchas diferencias entre la política de austeridad y reajuste tras reajuste aplicada por Zapatero en España y Sarkozy en Francia no hubo. En ambos países, lo que se aplicó fue el Merkozy. Y si no dio mejores resultados, mayor responsabilidad tiene el presidente francés, que por algo lleva parte de su apellido el nombre de la nueva política salvadora de la Unión Europea.

Lo que sí han dejado claro estos comicios en Francia es que esta crisis económica devora presidentes a una velocidad de vértigo. El Zapatero vencedor de las elecciones de 2008, un año después estaba más que fundido aunque como la generales caían lejos, las acabó pagando el bipartito gallego comandado por un Emilio Pérez Touriño.

Pero en fin, para no ir más lejos, ya se puede decir que el crédito logrado con la aplastante mayoría absoluta del Partido Popular liderada por Mariano Rajoy empieza ya a estar amortizada. Como no tocaba reelección, por ahora lo pagó contra la opinión de todos los sondeos, Javier Arenas en Andalucía: 400.000 votos menos en apenas dos meses.

Y para finalizar, aquí les dejo otro dato curioso por si las teorías aportadas hasta ahora no les han convencido: en el cara a cara Hollande-Sarkozy, el socialista defendió con ardor el legado de Rodríguez Zapatero. Y ganó.