El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
En los tiempos que corren, la iniciativa personal, las estrategias de afrontamiento y resolución de conflictos, y ser capaz de orientar un proyecto en la dirección correcta, pueden ser puntos decisivos para lograr el éxito. Las circunstancias nos invitan a ser proactivos, es decir, asumir el control de nuestra conducta con acciones creativas y audaces para promover mejoras. Si tenemos en mente un proyecto de empresa, independientemente de su envergadura, podemos considerar los siguientes puntos:
En primer lugar no trates de hacerlo solo. Uno no puede ser bueno en todo. El co-working, la colaboración, te permitirá delegar cada tarea en la persona más adecuada. Ejemplos de todo esto son las empresas que comparten el mismo espacio físico, o los mismos equipos para desarrollar su actividad.
Benefíciate de las nuevas tecnologías: las redes sociales, las aplicaciones gratuitas de Internet, los blogs, los programas de código, etc. para darle difusión a tu proyecto. Si no dominas este campo, ten presente el punto anterior: alguien lo domina y probablemente está dispuesto a colaborar contigo. Conviértete en tu propia marca. El branding personal consiste en analizar tus propios valores, creencias y fortalezas, y comunicarlos estableciendo relaciones con otras personas. Siempre desde la honestidad, no maquillándolas, pues la transparencia es uno de los valores principales de la comunicación. La financiación es importante pero no definitiva. En un mercado de bienes y servicios, tus habilidades son monetizables. Prueba de ello son los videos blogueros que difunden sus conocimientos por la web, creando tutoriales altamente específicos.