ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La situación que atraviesa el campo bravo español es catastrófica. Las últimas precipitaciones caídas han ayudado a la sequía que arrastraban las dehesas. El invierno ha sido seco, lo que ha agravado el incremento de los costes de producción del toro de lidia. No será una solución a largo plazo, pero, al menos, esta primavera los ganaderos no tendrán que seguir rascándose el bolsillo echando pienso. Sobran muchos toros. Este invierno han desaparecido un puñado de ganaderías de larga trayectoria. Sus propietarios se han visto obligados a tener que arrojar la toalla ante un negocio que dejó de serlo desde hace tiempo. No pueden mantenerse ganaderías con déficit. Los ganaderos de elite se mantienen, aunque también han tenido que adaptarse y bajar el precio de las corridas y novilladas. Sobran muchos toros. Se dan pocos festejos, aunque es verdad que en la venta de ganado debía de haber unos mínimos.
Se habla de cantidades ridículas. El precio de muchas corridas oscila en 12.000 euros. Por no hablar de cifras para festejos menores. Hay criadores están llevando muchas cabezas de ganado directamente al matadero para no perder más dinero. Es una solución ante la falta de posibilidades de dar salida a tanto exceso de producción.
Pero los efectos colaterales se dejan notar. Por primera vez, después de muchos años, han sobrado abonos para la próxima feria de San Isidro. Se habla de que un 10 por ciento no ha renovado su derecho al abono. Hasta el pasado año prácticamente se agotaban todos los abonos y los pocos que salían en taquilla desaparecían en pocas horas se agotaban. La feria también es mejorable. Se encienden un piloto de la alarma. Confiemos en que no suene. Madrid es el eje.