El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
A pesar de la crudeza con la que el Gobierno advierte de la dramática situación económica en la que se encuentra nuestro país, ni siquiera los mal llamados sindicatos de clase ni tampoco la izquierda política parecen dispuestos a aceptar un cambio de cultura basado en no gastar lo que no se tiene, a lo que hemos de añadir otro imperativo no menos importante: pagar lo que se debe.
Las administraciones públicas se gastaron el pasado año 91.000 millones de euros de más de lo que ingresaron, dejando con ello un déficit en las cuentas públicas del 8,1 por ciento del producto interior bruto, el doble del que exigió la Comunidad Europea. ¡Qué vergüenza! Como recordaran, durante la campaña electoral, el Partido Popular repitió una y otra vez que sabía lo que tenía que hacer para enderezar la situación, y en buena medida obtuvo mayoría absoluta gracias a la confianza suscitada por sus dirigentes..
Pero ahora, ante una situación que ha rebasado todas las previsiones iniciales, el Gobierno está obligado a desplegar todos los medios para explicar las medidas que se vea obligado a adoptar. Tendrá que hacerlo aunque ello le cueste alguna batalla callejera promovida por minorías, pues la sociedad ha demostrado que quiere reformas y no batallas
JAVIER MARÍN
Collado Villalba