El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Con los votos favorables de todos los grupos municipales -a excepción de Izquierda Unida-Los Verdes, que se abstuvo-, el pleno ha aprobado la nueva ordenanza municipal de limpieza de los espacios públicos y gestión de residuos. Una ordenanza que se dirige especialmente hacia aquellos vecinos que incumplen las normas básicas de convivencia y que, con su actitud incívica, ensucian las calles del municipio y dañan la imagen de Galapagar.
Por este motivo, la nueva normativa que entrará en vigor tras su publicación en el BOCAM (aproximadamente 20 días) contempla un endurecimiento de las sanciones y acciones como realizar pintadas, verter residuos o deteriorar el mobiliario serán perseguidas duramente.
Volcar una papelera, hasta 750 euros; realizar un graffiti en una fachada, de 300 a 3.000,00 y, en caso de reiteración de 600 a 6.000; dañar los recipientes suministrados por el Ayuntamiento destinado a la recogida de residuos, hasta 3.000 euros. Esta batalla alcanza también a los propietarios de perros que no cumplen las normas y no se responsabilizan de los excrementos sus mascotas.
“El Ayuntamiento de Galapagar está en guerra abierta con este asunto y no cesa en su empeño de adoptar todas las medidas que sean necesarias para acabar con este incómodo problema de las calles del municipio”, indican desde el Ejecutivo. Así, no recoger las heces caninas conllevará una sanción que puede ir desde los 751 a los 1.500 euros y así se ha hecho saber a todos los propietarios inscritos en el censo canino de la localidad, que estos días recibirán una carta del concejal de Medio Ambiente, Ángel Camacho, en la que se les da a conocer la nueva ordenanza.
“Los descuidos de unos pocos nos afectan al resto”
En la carta que se ha enviado el concejal de Medio Ambiente pide la colaboración de todos los propietarios de perros para que transmitan el mensaje al resto de vecinos. Asegura Camacho que “los descuidos de unos pocos nos afectan al resto, ya que repercute en nuestra calidad de vida y en nuestra imagen como pueblo. Es tan sencillo como el simple gesto de coger una bolsa al salir de casa o utilizar los estuches portabolsas que se pueden adquirir en muchos establecimientos del municipio, para depositar después los excrementos en cualquier papelera o contenedor de basura orgánica”.
La solución a este problema, indicó el edil, “pasa por la concienciación y el trabajo conjunto, y confiamos que este tipo de acciones sirvan para que todos los vecinos adopten una actitud responsable y cívica”.