El responsable del proyecto, Carlos Pernaute (Foto: E.P.)
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El proyecto de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Galapagar y Torrelodones se remonta 20 años atrás, cuando en 1986 se empezaron los trabajos previos para la redacción del proyecto. Poco después, los dos ayuntamientos implicados firmaron un convenio de actuaciones con la Comunidad de Madrid para la construcción de la EDAR y sus emisarios, que permitirían dar servicio a unos 60.000 habitantes, con la posibilidad de ampliar su capacidad para cubrir las necesidades de hasta 90.000.
Sin embargo, después de numerosos trámites y distintos retrasos, la aparición de un nido de águilas imperiales obligó definitivamente a cambiar la ubicación de la de estación depuradora, pero el lugar elegido como alternativa también tuvo que ser descartado de nuevo como consecuencia de la creación del Parque Regional de la Cuenca Media del Río Guadarrama, que afectaba a los términos elegidos. Finalmente, se ubicó en el espacio que actualmente ocupa, en el término municipal de Galapagar, lo que a su vez obligó a replantear el proyecto de los emisarios, al estar en una cota más alta que Torrelodones. Debido a esto, la infraestructura de canalizaciones debe bombear el agua hasta en cinco ocasiones para superar los desniveles. Por si fuera poco, no acabaron aquí los problemas, que el pasado mes de marzo parte de los trabajos en El Gasco tuvieron que ser detenidos, al detectarse un nuevo nido de águila imperial ibérica en las inmediaciones. Solventado este obstáculo, ahora parece que las obras ya han entrado en la recta final y que en medio año la EDAR ya estará completamente operativa en los dos términos municipales.