El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Finalizado el plazo de información pública del proyecto de rehabilitación del Club Alpino Guadarrama, en el Puerto de Navacerrada, Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones poniendo de manifiesto “la inviabilidad ambiental, legal y económica del proyecto”. A juicio de esta organización, sólo la restauración ambiental y paisajística servirá de motor económico, tanto en el Puerto como en los municipios de Cercedilla y Navacerrada.
Estado ruinoso
El Club Alpino Guadarrama es un edificio en estado ruinoso que se sitúa en el Puerto de Navacerrada, junto a la carretera M-601. Se ubica sobre suelo forestal público de propiedad compartida entre los ayuntamientos de Cercedilla y Navacerrada. El inmueble iba a ser demolido para restaurar los terrenos y ganar calidad ambiental. Sin embrago, recuerdan los ecologistas, el 19 de mayo de 2010, “estando de visita Esperanza Aguirre en el puerto de Navacerrada, paralizó el derribo y decidió que el edificio se destinaría a hotel de lujo con spa. Eso bastó para que toda la maquinaria administrativa, al margen de si la propuesta era legal y factible, se pusiera a disposición de los deseos presidenciales”. A finales de 2010, la Dirección General de Medio Ambiente, al frente de la cual estaba el actual secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, y los ayuntamientos de Cercedilla y Navacerrada adjudicaron el proyecto a la empresa Innergia S.L.
Sin experiencia
La actuación consiste en transformar el albergue en un hotel de 25 habitaciones con un balneario-spa, un restaurante, una cafetería y salones multiusos. Lo primero que señala el colectivo conservacionista es que la actividad de la empresa promotora “nada tiene que ver con la hostelería, al tratarse de un gabinete de ingeniería aplicada dedicada a instalaciones energéticas”. Es decir, prosigue Ecologistas en Acción, “una empresa sin experiencia en hostelería pretende sacar adelante un negocio, cuya viabilidad económica se desconoce, enclavada en un entorno donde las actividades similares que existen pasan por un momento muy crítico (hoteles, residencias, albergues, etc). Precisamente, ni siquiera se valora la repercusión que podría tener este nuevo negocio sobre los establecimientos ya existentes”.
Por otra parte, esta misma asociación indica que a pesar de que se adjudicó a finales de 2010, “es ahora cuando la Dirección General de Medio Ambiente ha sacado el proyecto a concurrencia pública, para que empresas interesadas opten por el proyecto. Evidentemente el proceso sólo pretende dar la apariencia de legalidad, porque lleva adjudicado desde hace más de un año”.
Requerimientos específicos
Respecto al impacto ambiental, los ecologistas afirman que el cambio de uso de un albergue en hotel de lujo “exige unos requerimientos específicos cuya repercusión en el medio natural no se ha valorado”. En este sentido, hacen referencia a aspectos como el consumo de agua, máxime tratándose de un spa. Tampoco se valoran temas como el del aparcamiento, añade este colectivo.
Por todo ello, Ecologistas en Acción ha pedido la retirada del proyecto de rehabilitación y que se retome la propuesta inicial de la demolición del edificio para restaurar el entorno. A juicio de esta organización, “la restauración ecológica del Puerto de Navacerrada no sólo es una prioridad ambiental, sino que debe ser un paso esencial para recuperar la actividad económica de la zona”. “Un entorno degradado y desnaturalizado como es ahora el Puerto no puede servir de motor de ninguna actividad económica y sólo perjudica a las actividades ya consolidadas”, concluye la organización.