El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
En una hora pasa poco, realmente casi nada. Es el tiempo que destinamos la mayoría de los mortales a comer o cenar, no es suficiente a muchos otros para llegar al trabajo y tampoco nos permite ver un partido completo de nuestra selección, es una fracción de lo que deberíamos dormir a diario y se acerca al tiempo que nos gustaría estar con nuestra pareja en posición horizontal. En definitiva, una hora siempre nos sabe a poco.
Sin embargo en una hora en Facebook se comparten 3.000.000 de links, 4.484.000 invitaciones a eventos, etiquetamos 3.969.000 fotografías, se actualizan 5.451.000 estados, se hacen nuevas amistades, unos 5.772.000 de nuevos amigos, se suben 8.216.000 mensajes, realizamos 30.608.000 comentarios directos y 4.587.000 comentarios en nuestro muro... y todo sólo en 60 minutos.
Este mundo es real para una de cada trece personas que habitan en nuestro planeta, un mundo que nació en 2004. Su primer habitante no fue otro que Mark Zuckerberg, le siguieron Chris Hughes y Dustin Moskovits, compañeros de habitación de Zuckerberg y posteriormente fundadores del sitio. La lista fue creciendo entre compañeros de la facultad, del campus, amigos y primeros empleados, hasta llegar a nuestros días a cerca de 800 millones de internautas que viven en el planeta Facebook.
Unos habitantes que reconocen que nada más levantarse, lo primero que hacen es encender su ordenador o smartphone y consultar Facebook. Eso lo hacen cerca de 400 millones de internautas todos los días del año, los mismos que se informan de lo que pasa en su país o ciudad mediante los links que se cuelgan en la red social. Además, a casi 500 millones no les importa reconocer que se ha hecho más necesario hablar on line que en vivo y que los momentos importantes se viven y se disfrutan en Facebook, como estas Navidades pasadas, donde se subieron en una noche más de 700 millones de fotografías, las suficientes para poder alcanzar la luna si las pusiéramos una tras otra: el sueño de todo navegante.
Hasta 2010 el discurso habitual era ver el futuro de Google, pero nada o muy poco en Facebook. Craso error. Se justificaban por el pasado, no miraban al futuro. Eran conscientes de que mucha gente ganaba dinero con Google, pero nadie lo ganaba con el resto de redes como Twitter y Facebook. Pero fue en marzo de 2010 cuando por primera vez Facebook superaba a Google en tráfico en Estados Unidos, con un 7,07 por ciento de share por encima del 7,03. Ese mismo día Google entendió que le tocaba reinventarse o morir, aunque creo que saben que morirán. En poco más de diez años lo que conocemos ahora como Google será sólo un recuerdo.
Google busca desesperadamente su puesto en esta carrera de fondo como empresa de tecnología. Es cierto que cada día genera nuevas líneas de negocio, buscando usuarios ‘corporate’ mediante el desarrollo de apps y el gmail corporativo... y eso se acabará a la larga como otro pilar con interesantes beneficios. Google terminará desarrollando versiones de pago de todos y cada uno de sus productos actualmente gratuitos, mientras sigue siendo líder o player importante en la publicidad on line. Veo complicado que en diez años esto sea irrelevante como algunos creen, pues cuando pierda esa posición puede que todo el castillo se derrumbe con el primer soplo de aire fresco.
Facebook, por el contrario, ha sido capaz de motivar a miles, quizás millones, de usuarios que no tenían intención de tener su propio ordenador en su hogar y que ahora navegan por la noche tras la cena, en lugar de ver la televisión o leer un libro y que todos veamos como necesario tener nuestro perfil de Facebook, tener amigos, muchos o pocos, pero tener alguien que nos escuche cuando nadie lo hace en casa.
Ahora, con el lanzamiento de su niño más mimado, su nuevo servicio musical, un servicio celosamente guardado, pero desde el que ya se han filtrado las primeras noticias y a buen seguro lanzará nuevamente la red de redes hacia sus cercanos primeros 1.000 millones de usuarios. Se trata de un espacio musical donde el usuario tendrá la oportunidad de compartir con sus amigos de Facebook la canción que está escuchando en cada momento. La red no hospedará su propia música, pero colaborará con otros servicios de música como Spotify para que podamos escucharla desde Facebook, convirtiéndose así en una plataforma que nos permitirá tener acceso a contenido multimedia de la misma forma que a aplicaciones y a juegos.
Desde ya, los locos que en 2006 veíamos claramente cómo la red social iba a representar un cambio en nuestras vidas podemos ir ya andando hasta la luna, al planeta Facebook.