El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Entiendo, aunque con ciertas dificultades, la complicada tarea que tienen ante sí los dirigentes de UGT en el Ayuntamiento de Collado Villalba para poder defender a aquellos empleados que ahora pueden perder su puesto de trabajo. Y lo entiendo porque después de haber estado casi 12 años dándole palmaditas en la espalda a JP y apoyando su nefasta y despilfarradora gestión, su credibilidad está por los suelos, de ahí que se hayan quedado más solos que la una a la hora de protestar contra un ERE que, por muy duro que sea decirlo, parece inevitable a la hora de intentar evitar que la Tesorería municipal entre en bancarrota, dice Lobo Cojo. Incluso entiendo la decisión tomada por el fenómeno -así se lo ha hecho saber a los pocos incondicionales que aún le quedan- de presentarse nuevamente a la secretaría general del PSOE local. Y lo hago después de ver cómo su admirado Rubalcaba, tras el grave revés sufrido en las urnas el pasado 20-N, insiste en liderar durante los próximos cuatro años al socialismo español. ¿Por qué no va a hacer lo mismo el ex alcalde villalbino? Ahí tienen a Zapatero, apurando al máximo su inquilinato en Moncloa y sin dejar las riendas del partido; o a Pepiño Blanco, el especialista en ‘negociaciones’ a pie de gasolinera, actualmente investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo por el caso ‘Campeón’, ocupando la portavocía del Gobierno en funciones. En nuestro país, como decía un amigo mío, no dimite ni Dios, y ‘dios’ se debe considerar JP, porque de lo contrario pocos entenderán que tras su nefasta andadura política siga obsesionado en continuar vinculado a la cosa pública”.