Editorial

Contra el maltratador, tolerancia cero

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La muerte de Avellaneda Núñez, de apenas 17 años, ha conmocionado a la población de Collado Villalba, y en general de toda la comarca, desde que el miércoles se encontró su cuerpo sin vida en una cantera abandonada. Su desaparición en la noche del pasado viernes había llenado la localidad de carteles con su foto, que ahora resultan inútiles ante el fatal desenlace, recordado con velas y flores a las puertas del karaoke regentado por su familia en el popular barrio de El Gorronal.


A la espera de que concluyan las investigaciones y de que se conozcan los resultados de la autopsia, estamos aparentemente ante un caso cerrado, si bien la Guardia Civil trata de esclarecer si el asesino confeso contó con alguien que le ayudara en el crimen, que se ha producido sólo a unos días de la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género. El joven detenido, según ha podido saber El Faro del Guadarrama, tiene antecedentes por agresión a una ex pareja, lo que viene a confirmar la necesidad de actuar con absoluta contundencia frente a los maltratadores, atajando de raíz conductas violentas que en ocasiones aparecen enmascaradas por los celos y actitudes posesivas como las que al parecer manifestaba el presunto asesino, quien confesó a los agentes de la Benemérita que había matado a Avellaneda, con quien había mantenido una breve relación, “en un arrebato”.

En este contexto, y más allá del desgraciado caso que esta semana ha protagonizado la actualidad informativa en la Sierra, es crucial el papel que ha de jugar el entorno más cercano de las víctimas potenciales, actuando ante el más mínimo indicio de que puedan existir malos tratos. Familiares y amigos han de ser los primeros que permanezcan vigilantes, pero también la ciudadanía en general, implicándose de forma activa ante una lacra social que debe ser combatida de forma unánime y sin ningún tipo de matiz.

No caben aquí excusas ni justificaciones, y eso es algo que todos hemos de asumir por encima de cualquier otra consideración, más aún cuando los casos de violencia de género son cada vez más frecuentes entre los jóvenes, por lo que es imprescindible actuar desde la propia familia, así como en los centros educativos, en una labor de concienciación que concierne a toda la sociedad. Sólo así conseguiremos desterrar situaciones de este tipo. Es necesario repetirlo una vez más: tolerancia cero contra los malos tratos.