Editorial

La dimisión de Gómez Sierra hace evidente la necesidad de depurar responsabilidades en el PSOE de Collado Villalba

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Podría parecer que la dimisión de José Antonio Gómez Sierra como concejal en el Ayuntamiento de Collado Villalba cierra el escabroso capítulo que se abrió hace más de un mes con las primeras informaciones publicadas en El Faro del Guadarrama sobre la compra de un piso a IGS a través de la empresa ‘fantasma’ Aldalea Business. Nada más lejos de la realidad. Lo que constituye esta denuncia es la constatación de que las relaciones entre el edil socialista y determinados promotores-constructores han ido mucho más lejos de lo que la ética política puede y debe permitir.


Tampoco conviene olvidar quiénes son los protagonistas de esta turbia historia, además del dimitido edil, mano derecha del ex alcalde José Pablo González durante 12 años. En el momento en que se cerró la operación de compraventa en ‘El Palacio del Tomillar’, eran socios en IGS Villalba José Carlos Gómez Paredes y Evaristo Núñez, los mismos empresarios que aparecían en las fotografías de la Nochevieja de 2006 en un lujoso hotel de Andorra en compañía del entonces regidor y sus respectivas familias. Un asunto que aún demanda muchas explicaciones (en buena medida se dirimirán en los tribunales) y que de ninguna forma puede entenderse como un episodio al margen del ya conocido como caso Gómez Sierra, edil que antes ya había compartido vacaciones en Punta Cana con el primero de los empresarios citados.

La caída del concejal socialista se debería haber producido en el mismo momento en que se hicieron públicas las informaciones destapadas por El Faro del Guadarrama, del mismo modo que el ex alcalde José Pablo González debió haber renunciado al cargo cuando el diario ABC publicó las imágenes de aquella Navidad en el Hotel Grau Roig. No lo hizo, perpetuándose como candidato y aún hoy como secretario general de la Agrupación Socialista de Collado Villalba. Como tal, debería haberse pronunciado ya sobre la situación del ex concejal de Urbanismo y Hacienda, si bien hasta el momento ha mantenido un silencio cómplice, evitando que el PSOE local inicie una fase de depuración de responsabilidades que debe empezar por él mismo. Los militantes socialistas son los primeros que, de una manera clara y definitiva, deben alzar la voz para exigir un cambio de rumbo que sólo puede pasar por la marcha inmediata de los cabecillas de esta vergonzosa sucesión de escándalos.