ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La corrida de toros celebrada el miércoles, 12 de octubre, última de la temporada en Las Ventas, dejó la sorpresa del mexicano Fermín Espínola, los detalles del veterano Frascuelo y un encierro de Valdefresno serio, muy bien armado y que tuvo un buen comportamiento.
Espinola dio una vuelta al ruedo, un premio escaso, ya que el presidente del festejo le robó literalmente la oreja que mereció del quinto de la tarde. Hubo hondura en los muletazos, toreando despacio y relajado con series sobre ambas manos que llegaron mucho al tendido. Su toreo sobre el pitón izquierdo resultó magnifico, así como el broche a la faena. Nadie se esperaba una actuación de tantos quilates como la que llevó a cabo este diestro que venía a Madrid a confirmar su alternativa. La estocada cayó baja, la petición fue mayoritaria, pero el presidente no quiso atenderla.
Con el toro de su confirmación, un colorado noble y con poca fuerza, ya apuntó ser un torero de clase.
El público obligó a saludar a Frascuelo nada más romperse el paseíllo. Madrid le quiere. El toro de Valdefresno fue otro animal de buena condición, sobre todo por el pitón derecho, donde el torero hilvanó lo mejor. También dejó destelles de su torería en los remates y en lo accesorio, siempre muy motivado por un público que le adora. Si llega a enterrar el acero a la primera hubiera cortado con toda seguridad una oreja, pero pinchó más de la cuenta. El madrileño lanceó muy bien de capa al ofensivo quinto y el comienzo de faena hizo albergar esperanzas. Sin embargo, el diestro no llegó a poder a un toro encastado que terminó viniéndose arriba.
Finalmente, Andrés Palacios se llevó el lote más soso, pero a un torero en su situación se le debe exigir más compromiso.
Cierre de temporada
La temporada 2011 pone su punto y final. La plaza de Las Ventas acogerá este domingo el último festejo del curso. Para la ocasión, se ha elegido una novillada de Rocío de la Cámara Ysern, que será despachada por Pascual Javier, Daniel Palencia y Sergio Blanco.
Novillada sin contenido el pasado domingo
La novillada con picadores celebrada el pasado domingo en la plaza de Las Ventas fue un festejo de escaso contenido merced al descastado y manso juego ofrecido por los novillos de María del Carmen Camacho y la poca pericia, oficio y técnica de los tres novilleros actuantes. La empresa Taurodelta tiene la obligación de cuidar y seguir más a los novilleros que actúan en Madrid, porque de lo contrario algunos festejos están condenados al fracaso desde el mismo momento en que se anuncian. La tarde tuvo temperaturas primaverales y la plaza se cubrió en un tercio de su aforo.
Lo más voluntarioso lo hizo Raúl Rivera, que sustituía al lesionado Damián Castaño y que escuchó sendas ovaciones a la muerte de cada novillo.
Ante su primero, al que lanceó con soltura y puso tres pares de banderillas con más recursos que pureza, llevó a cabo una labor entonada. Siempre firme, trató de conducir las embestidas de un utrero de Camacho que se fue apagando. En el quinto, el toledano volvió a bullir mucho y a intentarlo ante un utrero muy aplomado.
Daniel Morales logró algún muletazo lucido ante su primero, un novillo al que le costó embestir y desplazarse. Quiso ligar los pases, pero su trasteo no terminó de prender la mecha. El cuarto fue descastado y Morales acabó siendo silenciado.
El debutante Cayetano García se mostró como un novillero de escasa técnica y pocos recursos. Algo más dispuesto con el quinto, y más vertical, tampoco convenció a la parroquia venteña.