Toros

La feria taurina de Guadarrama mantiene su categoría y triunfan Adrián, Cerro y Barrio

ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La feria de Guadarrama 2011 ha vuelvo a ser un ciclo brillante. Un abono magnífico que ha contado con una gran afluencia de público. Tres cuartos de plaza en un coso de 4.500 localidades es una noticia excelente en una temporada donde a la gente le cuesta acudir a los toros. Estas excelentes entradas vienen a demostrar el gran momento que atraviesa esta feria serrana, una de las mejores del panorama novilleril a nivel nacional.

De gran nota los encierros de Montealto y Jandilla. Destacar los triunfos de Fernando Adrián, Rafael Cerro y Víctor Barrio, que salieron en hombros. También la solidez de Sergio Flores y las formas de Ángel Puerta, que aunque se marcharon de vacío estuvieron a punto de lograr triunfos mayores de no ser por los fallos con la espada. El único lunar fue el encierro de Lozano Hermanos, lidiado en la tradicional novillada de San Francisco, que con tanto tesón organiza la Hermandad.

Fernando Adrián conquistó el primer éxito de la feria de Guadarrama tras desorejar a un bravo y buen novillo de Montealto que embistió con profundidad y tuvo mucha duración. La ganadería madrileña volvió a dejar el pabellón alto en el ciclo de San Miguel y San Francisco.

Adrián puntuó en un mes arrollador y donde, perfilándose como uno de los grandes nombres de cara a la temporada 2012. Llevó a cabo una faena bien estructurada y templada sobre ambas manos. Se metió entre los pitones con valentía y capacidad y tras dejar una buena estocada el triunfo fue legítimo para novillero y novillo. Con su primero no alcanzó las mismas cotas, pero estuvo con ganas y disposición.
Ángel Puerta pudo cortar orejas, pero marro ante sus dos oponentes. Su primero fue bueno y con clase y el novillero se mostró dispuesto, toreando bien de rodillas y después con limpieza y suavidad. Pinchó y se esfumó el premio. Primorosamente toreó de capa a su segundo, aunque luego el utrero desarrolló más complicaciones. Hizo un esfuerzo Puerta, aguantó arreones, pero luego no anduvo fino con la espada. Cambió todo por recorrer el anillo, pero el de Jerez debió salir por la puerta grande.

López Simón se estrelló con el peor lote de la tarde, pero dejó claro su gran momento. Sé acopló perfectamente a su primero, sacándole partido y toreándole muy vertical y con un gran aplomo. Destacó el toreo a pies juntos, pero se entretuvo en pinchar varias veces.

Se jugó el físico en el quinto, el peor utrero de la excelente novillada enviada por Agustín Montes. Estuvo firme y seguro López Simón, hasta el punto de ser volteado sin consecuencias. Tras prender una estocada dio una vuelta al ruedo.

Gran lote de Jandilla
El domingo 2 de octubre se lidió un lujo de novillada con el hierro de Jandilla. Este y el encierro de La Guadamilla de Moralzarzal son los mejores lotes que se han visto esta temporada en la Sierra.

En esta de Guadarrama mención especial merece el cuarto novillo, un ejemplar bravo, humillador y de gran fondo que no se cansó de embestir con el morro por el suelo, aunque no se le premiara con la vuelta al ruedo. Alberto Durán, que había toreado muy bien de capote, comenzó muy bien la faena, con buena compostura y clasicismo. Sin embargo, le pudo el novillo, que no fue exprimido como merecía y no hubo el acople necesario. Lo intentó al final con más fibra pero el utrero mereció mucho más. Pudo tocar pelo, pero erró con la espada. El publico pidió la vuelta al ruedo al novillo.

Sí estuvo más entonado Durán en el novillo que abrió la segunda de abono en Guadarrama. Firmó momentos muy buenos sobre la mano derecha, toreando a placer y gustándose. Iba para dos orejas, pero se quedó en una ya que necesitó de dos descabellos.

Rafael Cerro cortó una oreja a cada uno de sus novillos. A sus manos fueron a parar los utreros más deslucidos, pero el novillero extremeño demostró cómo hay que venir a una feria de tanta trascendencia y que sirve para abrir puertas.

Estuvo muy entregado, arreando, queriendo y con una actitud de triunfar, independientemente de lo que saliera por toriles. A su primero le recibió con faroles de rodillas y luego le arrancó la oreja a base de exponer y buscar las vueltas a un novillo cuajado, pero de manso comportamiento. El sexto fue un serio ejemplar de Jandilla al que Cerro volvió a lancear de rodillas, siendo casi arrollado. Quitó por tafalleras al paso, mostró mucha variedad y quiso siempre ante un ejemplar con brusquedad al que limó asperezas. Terminó gustando a la buena afición de Guadarrama, que estuvo muy metida en el festejo. Se aseguró el triunfo con un eficaz espadazo.

Le acompañó en la salida a hombros Víctor Barrio que estuvo solvente ante un potable utrero de Borja Domecq. Caldeó con circulares y en cercanías logró lo mejor de su actuación. El quinto peleó en varas y tuvo mucha movilidad en los primeros tercios. El novillo se apagó un poco pero la faena de Barrio no pasó de la corrección y pulcritud. Mató bien y paseó la oreja de menos fuste del ferial, que le valió para abrir la puerta grande.

Bien Flores, mal Alcurrucén
La novillada de peor juego estaba reservada para la última de feria, la de San Francisco, jugada el pasado miércoles. Mucho ambiente en los tendidos para presenciar el juego de los astados de Alcurrucén, ganadería de moda tras triunfar en Bilbao o Logroño. La Hermandad reseñó un lote de Victoriano del Río, pero varios novillos se estropearon sus defensas en el campo y la organización tuvo a bien contar con una vacada de vitola, triunfadora este verano. El cartel tenía mucho interés, si bien las ilusiones se toparon con un lote manso y deslucido que ayudó muy poco, de modo que no se cumplieron las expectativas despertadas.

A pesar de todo, Sergio Flores llevó a cabo una actuación muy sólida. Entendió muy bien a su primero, toreando con largura y destacando su toreo sobre la zurda, donde tiró muy bien de las embestidas del novillo. El de Alcurrucén tardó en caer y se esfumó el trofeo. Algo parecido ocurrió con el quinto, un utrero manejable y de poca raza. Labor bien planteada y de novillero hecho, pero que volvió a quedarse sin premio.

David Galván pechó con dos novillos imposibles y lo intentó con el sexto, un ejemplar de mucha expresión y violencia, con el que hizo un esfuerzo por obtener premio. Dejó una buena estocada de la que salió prendido de la taleguilla sin consecuencias. La tarde merecía más, pero cuando la bravura flaquea...