El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Después de calificarlo como el político más nefasto en la historia democrática de nuestro pueblo, algunos ya hablan de pasar página y hasta piden que nos olvidemos de JP. Yo también quisiera olvidar a este personaje que durante los cinco últimos años se ha convertido en el protagonista principal de esta columna, dice Lobo Cojo; pero no puedo. Y no puedo porque tengo la sensación de que la historia ‘negra’del fenómeno aún está pendiente de escribir, sobre todo hasta que no se conozca el desenlace de las tres querellas presentadas por IU, Manos Limpias y PP en los juzgados villalbinos, en las que se denunciaba su gestión al frente del Ejecutivo local; o la de Izquierda Unida en la Fiscalía Anticorrupción de Madrid, ésta relacionada con el escabroso asunto del centro comercial del Caño de la Fragua. Pero la cosa no termina aquí, pues el pasado día 2, Agustín Juárez, en su condición de alcalde, le ha denunciado ante el Tribunal de Cuentas por las presuntas irregularidades contables que han ido descubriendo, entre las que destaca el destino dado al millón de euros concedido por la Administración del Estado para la construcción del Teatro sin Barreras y que no fue utilizada, como dijo JP, para pagar la nómina de los trabajadores, sino para liquidar intereses y comisiones derivadas de préstamos bancarios. Pero aún hay más: el ilustrísimo, además de disfrutar de coche oficial, guardaespaldas (dos) y Visa Oro, entre otros lujos pagados por ‘sus’sufridos contribuyentes, tenía dos teléfonos oficiales. Pues bien, según he podido saber, el coste de las llamadas efectuadas desde uno de ellos (recibo de abril 2011) supera los mil euros. Entenderán que con tanto despilfarro no se puede pasar página”.