ALPINISMO
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El montañero de Moralzarzal, Carlos Soria, alcanzó la semana pasada el campo base del Daulaghiri, la montaña de 8.167 metros del centro de Nepal, en el Himalaya, que puede significar el duodécimo ochomil en el currículo del veterano alpinista.
Carlos Soria culminó el treking de aproximación en compañía de expedicionarios como el cámara Dani Salas, director de su largometraje biográfico “7:70”, el periodista Darío Rodríguez o el alpinista Sito Carcavilla, y el pasado día 15 de septiembre emitió un primer comunicado desde el campo base refiriendo la situación exacta de la expedición.
Comunicado de Carlos Soria desde el Daulaghiri:
“Hoy, como la mayoría de los días, llueve. La diferencia es que esta madrugada teníamos todo preparado para subir al Campo 1. Habitualmente, este final de monzón nos suele regalar unas horas de sol hasta las 10 u 11 de la mañana, y después llueve intensamente. Pero hoy ha empezado a llover de madrugada, así que no hemos podido salir hacia el Campo 1. Pero no hay que preocuparse demasiado, aquí, en el campo base, a 4.700 metros de altitud, estamos aclimatándonos y esperamos que pronto acabe el monzón.
Esta expedición al Dhaulagiri hace la número 36 de las realizadas por mí en el Himalaya, y contando el resto del mundo (Caúcaso, Andes, África, Antártida, Indonesia, etc.) serían un total de 46. Esto supone que he pasado más de seis años de mi vida durmiendo en tienda de campaña, y la gran mayoría de ellos por encima de los cinco mil metros de altitud. De estas 46 expediciones sólo he conseguido 24 cumbres, pero nunca me he vuelto a casa decepcionado por no llegar a la cima. El alpinismo es mucho más que llegar a una cumbre, y os puedo asegurar que lo paso tan bien y que vengo con la misma ilusión a esta expedición que a la primera en la que participé en 1968 a las montañas del Cáucaso.
Ahora está siendo magnífico: la marcha de aproximación ha sido una de las más interesantes que recuerdo. Ya la había hecho en sentido contrario, pero de vuelta a casa se va más deprisa y no la disfruté tanto como en esta ocasión. Han sido nueve días empezando a mil metros de altitud pasando por cultivos de arroz, jungla, bosques de bambús y de coníferas y la alta montaña. Concluimos este trekking con la ascensión al monte Thapa Peak, de 6.020 metros de altitud. Y todo esto con un grupo de personas formidables: seis expedicionarios, siete trekinistas y los cinco sherpas que nos acompañarán durante la expedición, entre ellos mi compañero Muktu, con el que he ascendido varias montañas. De este grupo unos eran viejos amigos y otros que no conocía, pero que después de esta intensa convivencia ya son nuevos amigos. Durante el trekking hemos tenido momentos complicados, como el día que llegamos al Italian Camp, a cuatro mil metros de altitud, donde nos abandonaron 45 porteadores de los 90 que nos acompañaban, por miedo a una zona difícil que teníamos que pasar al día siguiente para llegar al Campo Base. Esto pudo suponer un grave problema porque el pueblo más cercano está a tres días y encontrar nuevos porteadores por aquí es casi imposible. Muktu, el serpa jefe, lo arregló prometiendo que se acondicionaría el tramo complicado y que los porteadores que se quedaran recibirían una propina extra. Tuvimos que pasar tres noches en el Italian Camp mientras solucionábamos el problema.
Ahora estamos en el Campo Base con todo instalado, pasando momentos estupendos tanto el grupo de alpinistas como el de sherpas, formando un equipo muy unido. Esta es la cuarta vez que estoy en este Campo Base intentando escalar esta montaña, donde he pasado momentos muy duros, pero también muy buenos. Este año el plan original era venir tan sólo dos personas con un sherpa con la ayuda del Ayuntamiento de Madrid, pero gracias al patrocinio del BBVA hemos podido venir un equipo mucho más fuerte, algo muy importante porque estamos solos en esta montaña. Una de las mejoras es que este año en el equipo contamos con un periodista (Darío Rodríguez), un médico (Carlos Martínez) y dos cámaras (Dani Salas y Luis Miguel López Soriano), y como alpinistas Sito Carcavilla y yo mismo. Además, los cinco sherpas ya mencionados, cuatro de ellos viejos conocidos de otras montañas”.