EL ARCA DE PAPEL
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La semana pasada El Faro del Guadarrama tuvo acceso a diferentes informes económicos realizados por funcionarios municipales de Tesorería, Intervención y Hacienda de Collado Villalba. El resultado del análisis de los mismos no deja lugar a la interpretación partidista ni a la creatividad contable: la situación económica del Ayuntamiento es simple y llanamente dramática al rozar su deuda los 110 millones de euros.
Esta deuda tendrá consecuencias lamentables en todos los sentidos, porque de momento el actual alcalde, Agustín Juárez, ya ha anunciado un expediente de regulación de empleo que afectará a unos 100 trabajadores municipales que desgraciadamente sufrirán en primera persona el resultado de la gestión económica de su antecesor, el socialista José Pablo González. La irresponsabilidad de González a lo largo de sus 12 años como primer edil no tiene comparación en nuestra comarca, más si tenemos en cuenta que la semana pasada aún insistía en una entrevista concedida a una emisora local que la deuda era mucho menor de esos 110 millones porque en esas cifras se estaba mezclando “deuda financiera, no financiera y comercial”. Debe seguir considerando que los vecinos son tontos.
La tesorera municipal cifra la deuda en 108 millones y la interventora municipal certifica que son 108 millones también, mientras que González lleva dos años hablando de 39. A la irresponsabilidad le suma la mentira.
Los informes antes mencionados son demoledores para la gestión del anterior Equipo de Gobierno socialista, al que se acusa de incumplir sistemáticamente la Ley Reguladora de Haciendas Locales en varios y gravísimos aspectos. En cuanto a los gastos, no se cumplió la legislación en lo que respecta a autorización, aprobación y fiscalización de los mismos; se incurrió en gastos no presupuestados previamente y, por lo tanto, sabiendo que no había partida y fondos para su pago; no se siguió la prelación de los pagos prevista en la Ley ni se cumplió la prioridad de pago en función de su antigüedad y, además, al existir el año pasado un déficit de unos 10 millones, en el presupuesto de 2011 debían incorporar por Ley un superávit del mismo importe para atender esa deuda no pagada. Por supuesto, no lo hicieron.
En las conclusiones de los informes la interventora municipal solicita al actual alcalde algo tan simple como “subsanar deficiencias, irregularidades e incumplimientos de las normas”, lo que no deja lugar a dudas acerca de lo que durante los últimos años se ha vivido en las arcas municipales. Y de esa actuación no es responsable único González, sino que sus antiguos concejales fueron copartícipes de estas irregularidades ¿Cómo pretenden ejercer la oposición y pedir cuentas al actual Equipo de Gobierno aquellos que se saltaron sistemáticamente la Ley sabiendo que lo hacían?
No es de extrañar que nos encontremos con situaciones sonrojantes, como que haya proveedores a los que se adeuda importantes cantidades desde hace años, mientras que al empresario taurino Tomás Entero, amigo personal de González, se le haya pagado religiosamente, incluso la última factura días antes de finalizar la legislatura. O el cómico caso del teatro de Malvaloca, por el que el Ayuntamiento recibió el pasado año un millón de euros del Ministerio de Cultura y ahora tiene que devolverlo por gastarse el dinero en pagar otras cosas. Y qué decir de esas facturitas del túnel-parking escondidas en un cajón y sin contabilizar.
A estos informes económicos se suma el del secretario municipal que publicamos la semana pasada, en el que se recomienda al actual alcalde, Agustín Juárez, seguir la vía penal y no la administrativa en el caso del túnel-parking de Honorio Lozano, concurso, obra y facturas que seguirán coleando durante bastante tiempo.
Mientras tanto, los actuales concejales socialistas y su secretario general, José Pablo González, acusan a Agustín Juárez de despedir a los 100 trabajadores municipales de manera innecesaria porque hay otras medidas que se pueden tomar. Como si para Juárez fuera un placer o un hobbie despedir a trabajadores. Y lo dicen los que han generado una deuda de casi 110 millones en estupideces como los conciertos millonarios de Elton John o Bob Dylan. Como dice el refrán, “si cuando fuiste martillo no tuviste clemencia, ahora que eres yunque ten paciencia”.