Collado Villalba

Edificios y obras abandonadas

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Empezando por el edificio destinado a albergar en un futuro inmediato las instalaciones de la Policía Local, cuya ubicación está localizada entre la calle San Fernando y el cauce del río Guadarrama, cuyas estructuras de hormigón llevan varios años paralizadas a consecuencia de los problemas económicos que obligaron a la empresa adjudicataria a paralizar su actividad; y terminando por la fastuosa obra de excavación realizada por una constructora en el tramo comprendido entre la antigua carretera de Galapagar, concretamente entre el nuevo acceso al Parque de La Coruña desde la rotonda de la calle Ruiz de Alarcón, cuyo proyecto contemplaba la construcción de un edificio de viviendas, el paisaje urbano de Collado Villalba se ve afectado últimamente por la imagen que presentan algunas estructuras de hormigón totalmente paralizadas y por numerosos obras abandonadas en el casco urbano sin que el Ejecutivo socialista que durante doce años presidió José Pablo González, mostrara ningún interés en abordar este grave problema.

La imagen sigue ahí como claro exponente de la desidia de unos políticos locales que se beneficiaron del auge del ladrillo y que, cuando estalló la burbuja inmobiliaria, no hicieron nada por evitar los daños colaterales que esta crisis ha provocado en el ámbito social y económico de este municipio.

Miles de viviendas
Estudios realizados sobre esta crisis del sector de la construcción indican que a finales de 2008 había en España entre 650.000 y 1.3 millones de viviendas sin vender y que eran miles los edificios que víctimas de la recesión, se habían quedado a medio construir, una situación que azotó con dureza la Sierra del Guadarrama, y más concretamente a municipios como Collado Villalba, Galapagar, Torrelodones, Moralzarzal o Cerceda, por citar algunos, donde muchas promociones de viviendas llevan varios años paralizadas.

Según ha podido saber El Faro del Guadarrama en la mayoría de los ayuntamientos serranos se desconoce la situación real de estas promociones y lo que aún es más grave, el futuro de las mismas. En la mayoría de los casos las empresas promotoras-constructoras están inmersas en expedientes de suspensión de pagos (EREs) o afectadas por distintos embargos o por las pertinentes ejecuciones judiciales de embargo. Por tanto no va a ser fácil para las administraciones locales encontrar en estos momentos a los interlocutores capaces de dar explicaciones sobre el presente y futuro de dichos inmuebles. Tanto es así que algunos ayuntamientos se están planteando elaborar un censo en el que conste la situación actual de las obras a las que se le han concedido licencia de construcción y que a día de hoy o están paralizadas o ni siquiera han iniciado las correspondientes obras de excavación y si lo han hecho han tenido que parar, limitándose a colocar un cerramiento provisional que se ha ido deteriorando con el tiempo, lo que supone un grave peligro para la integridad física de aquellas personas que transitan por su entorno. Y aún hay más: se tiene constancia de que existen viviendas que están directamente relacionadas con edificios construidos en Collado Villalba, donde sus compradores, una vez finalizada la obra y tras un acuerdo verbal con los responsables de la empresa promotora han optado por acceder a las mismas para evitar que los bancos se quedaran con ellas. Con luz de obra y otros servicios en precario por carecer del pertinente certificado final de obra, habitan ‘sus’ pisos a la espera de llegar a un acuerdo con las entidades financieras para que estas les reconozcan las cantidades que han estado pagando al promotor hasta la entrega de llaves.

Marginalidad e insalubridad
Pero volviendo al tema inicial, es decir al asunto relacionado con los edificios y obras abandonadas en Collado Villalba, muchas de ellas convertidas en evidentes focos de marginalidad e insalubridad, corresponde ahora al nuevo Equipo de Gobierno entrar de lleno en el asunto para, al menos, pedir y, si fuera necesario, obligar a sus propietarios a que sustituyan y coloquen adecuadamente el vallado de estas obras a fin de evitar el acceso a las mismas dado el peligro que provoca su actual estado de abandono pues son muchos los que entran a diario en dichas inmuebles, bien para pernoctar, bien para sustraer algunos de los materiales almacenados en su interior. Los bloques de Cimaga en Villalba-Pueblo y los de IGS en Las Eras y Prado Manzano son algunos de los ejemplos más evidentes de esta grave situación.

Claro que antes de nada y para dar ejemplo, el propio Consistorio tiene la obligación de cerrar a cal y canto la obra de construcción de las instalaciones de la Policía Local, paralizada desde hace más de dos años, donde no solamente su vallado supone un peligro para los propios viandantes, sino porque estas viejas vallas siguen ocupando gran parte de las aceras que circundan dicho edificio, obligando con ello a los peatones a circular por la calzada en una zona donde se registra a diario un intenso tráfico de vehículos. Afortunadamente todo parece indicar que tras la aprobación en la Junta de Gobierno celebrada el pasado mes de julio del proyecto de ejecución preceptivo para poder abordar la finalización de este edificio, un acuerdo que sin duda agilizará los trámites requeridos por la Comunidad de Madrid para reactivar este proyecto incluido en el Plan PRISMA 2008-2011 y cuyo coste total asciende a 3,2 millones de euros este problema se solucionará y con ello no tan sólo se mejorará el entorno del casco urbano de Villalba Estación, sino que además, su ejecución permitirá a la Policía Local disponer de unas instalaciones mucho más adecuadas para su desempeño profesional que las actuales de la calle Real.