El secretario general del PSOE local
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Se dice que una de las asignaturas pendientes de Tomás Gómez, secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), es aquella relacionada con la Agrupación Socialista de Collado Villalba, inmersa en una profunda crisis desde hace bastante tiempo, que se ha acrecentado en los últimos meses, concretamente tras el descalabro electoral sufrido por la candidatura socialista presidida por el ex alcalde, José Pablo González Durán, que el pasado 22 de mayo, vio cómo sus conciudadanos le retiraban su confianza hasta el extremo de perder más de la mitad de las concejalías obtenidas en los comicios de 2007, pasando de 14 a sólo 6 ediles, que ahora han tenido que buscar acomodo en los bancos de la oposición.
Tomás Gómez sabe perfectamente que este no es el mejor momento para meter el bisturí y extirpar el tumor que tan seriamente está afectando a la salud del Partido Socialista villalbino. Conocidas son sus discrepancias políticas con José Pablo González, secretario general de la Agrupación local y miembro de su Ejecutiva regional, y también con sus ‘padrinos’ políticos, la pareja formada por Enrique Benedicto (ex asesor de González) y su esposa, la ex senadora y actual concejala en el Ayuntamiento de Madrid Ruth Porta, ambos residentes en Collado Villalba y militantes de ‘élite’ en esta Agrupación.
La asignatura pendiente de Gómez a la que hacíamos referencia quedará, posiblemente, supeditada a la decisión que tome Zapatero de adelantar la fecha de las elecciones generales o, por el contrario, de agotar la legislatura, porque es obvio que ninguno de los actuales dirigentes socialistas está por la labor de meter el dedo en la herida de un partido que necesita urgentemente recuperar la confianza de su electorado, aunque esto siga haciendo mella en un colectivo donde las diferencias entre la mayoría de los afiliados y las distintas ‘familias’ que luchan por el control siguen generando hemorragias internas de notable gravedad.
La sombra de una gestora
En las oficinas de Callao, al parecer, los dirigentes del PSM han metido ya a Collado Villalba en el mismo cesto donde ya estaban otros municipios de la zona Sur de Madrid donde sus ejecutivos fueron vapuleados en las últimas elecciones municipales, caso de Getafe, cuyo ex alcalde, Pedro Castro, al parecer también se niega a abandonar el timón de la Agrupación Socialista, un caso muy similar al de José Pablo González, que aunque sí renunció a la acreditación de edil tras el tsunami provocado por el 22-M, se mantuvo al frente de la Secretaría General, ignorando con ello las críticas de la mayoría de sus compañeros de partido, tanto a nivel regional como local. Aún así, el ex regidor intenta ahora depurar a los ‘tomasistas’, con el mismo método empleado con ‘renovadores’ y ‘acostistas’, de ahí que el secretario general del PSM, Tomás Gómez, se plantee la posibilidad de disolver esta Ejecutiva e imponer una junta gestora que estaría formada por militantes ajenos al josepablismo. El problema es que para convocar una gestora es necesario que se den las siguientes circunstancias: que dimita la mitad más uno de los miembros del Comité Ejecutivo local (algo bastante complicado, al ser la mayoría de ellos afines al actual secretario general) o que dimita el propio González, un caso improbable, al menos de momento. Este absurdo posicionamiento sólo servirá para desacreditar aún más si cabe al PSOE de Collado Villalba, dado que José Pablo González ha perdido no sólo la confianza de sus conciudadanos, sino su supuesto prestigio político tras su implicación en el conocido ‘Caso Villalba’, asunto que aún esta pendiente del dictamen de los Tribunales de Justicia tras las denuncias presentadas por IU (dos), Manos Limpias y PP a través del actual alcalde, Agustín Juárez.
Gómez Sierra lo complica más
Y la guinda a este pastel lo ha puesto el edil socialista José Antonio Gómez Sierra, al frente del área de Hacienda durante los últimos cuatro años y responsable político de la deuda que arrastra este Ayuntamiento, cuyo importe supera ya los 110 millones de euros (más de 18.000 millones de las antiguas pesetas) y en cuyo currículum destacan sus ocho años al frente del urbanismo local, donde apoyó incondicionalmente la faraónica obra del túnel-parking de Honorio Lozano, proyecto inútil e innecesario donde las arcas municipales han enterrado ya más de 40 millones de euros.
Gómez Sierra, después de jurar y perjurar durante los dos últimos años que, pasase lo que pasese, él ya había decidido abandonar la política, se reenganchó a última hora y, ante la sorpresa de muchos, se incorporó de nuevo a la candidatura liderada por José Pablo González y, pese al varapalo sufrido, aceptó sin rechistar el acta de concejal. Actualmente forma parte del grupo socialista en la oposición.
Sobre este político recaen graves acusaciones. Por ejemplo, el conocido viaje a Punta Cana en compañía del propietario de la empresa Cover, constructora en UTE con Ortiz del túnel de Honorio Lozano, un viaje al que sólo él resto importancia, negándose a dar ningún tipo de explicación. Lo mismo hizo con otras preguntas realizadas por los entonces portavoces de la oposición sobre la procedencia de sus propiedades: un coche Mercedes 4x4, cuyo precio fue estimado en unos 100.000 euros, además de un Volkswagen New Beetle descapotable y un chalet en la zona de Arroyo Arriba (Collado Villalba Pueblo). Y lo que aún es más grave: Gómez Sierra tampoco quiso pronunciarse sobre las actividades realizadas por la empresa de su propiedad Aldalea Business, que él adquirió en el año 2004, nombrando un administrador y domicilió en el despacho del abogado y amigo del entonces copropietario de IGS Villalba y del periódico El Telégrafo, Evaristo Núñez Milara, socio en aquel momento de José Carlos Gómez; una empresa ‘fantasma’ que, según ha podido saber este periódico, sí ha tenido actividad aunque ésta no aparezca en el registro. Pero de este tema les informaremos ampliamente a partir del próximo mes de septiembre.
Con estas connotaciones es posible que a la Agrupación Socialista de Collado Villalba le espere una larga y difícil travesía por el desierto.