ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La feria taurina de Santiago Apóstol de Collado Villalba ha dado un giro radical. Se ha cambiado el formato, se ha reducido coherentemente el presupuesto municipal en un 70 por ciento y se apuesta fundamentalmente por los jóvenes valores a través de las novilladas sin picadores. Serán cinco espectáculos taurinos, al igual que en anteriores ediciones, pero desglosados en una corrida de toros, una novillada con picadores, dos novilladas de promoción sin caballos y una clase práctica con alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Madrid y patrocinada por la empresa Taurodelta.
El Ayuntamiento de Collado Villalba ha realizado un importante esfuerzo por sacar adelante este ciclo, a pesar de la delicada situación financiera que atraviesan las arcas municipales. El concejal de Festejos, Alberto Sánchez, ha tenido que tirar de imaginación y horas de esfuerzo para estructurar una programación taurina que mantenga vivo el interés del aficionado.
El festejo sobre el que pivota el abono será la corrida de toros del lunes, 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol, donde harán el paseíllo en mano a mano dos toreros que tienen cartel y merecido crédito.
Revelación de la temporada
Iván Fandiño posiblemente sea la relevación más destacada de esta temporada, dejando a un margen las principales figuras. Su palmarés es magnifico y goza del respeto y la confianza de la afición de Madrid, donde esta temporada ha conseguido triunfos importantes, como la oreja que logró frente a un toro de Cuadri. El diestro vasco atraviesa un gran momento y está presente en las ferias más importantes del momento.
El otro torero es Morenito de Aranda, un diestro que este año está más dormido, pero que tiene un concepto clásico y de mucho gusto para catadores del buen toreo.
Los seis toros son de Hilario Serrano, ganadero de Collado Villalba, que vuelve a lidiar en su municipio 20 años después. Será un lote de buenas hechuras, bonito, en la procedencia El Torreón. El festejo se celebra gracias a la generosidad del ganadero, que ha cedido los astados.