“Chechu” cortó dos orejas a este buen novillo de Ponce (Foto: A. BLANCO)
En el ganado destacó un bravo novillo de Torrenueva y varios Utreros de Ponce
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La primera novillada de la feria de Moralzarzal 2006 llevó el hierro de “La Guadamilla” y aunque estuvo impecablemente bien presentada, ahí se acabó todo, ya que fue muy descafeinada y no sacó nada de raza. Sólo brilló el buen primero y quizá el segundo, aunque resultara soso; el resto, huecos.
A Benjamín Gómez le correspondió el utrero de la novillada, el primero, un punto blando pero bueno para hacer el toreo. Benjamín le hilvanó tandas sobre ambas manos muy limpias y templadas pero con poca profundidad y sin terminar de estar a la altura que requería el novillo. Hubiera podido cortar una oreja, pero falló a espadas. Su segundo no tenía raza y Benjamín lo intentó con ahínco en una faena larga y con ímpetu.
Martín de Vidales estuvo muy desdibujado toda la tarde y toreó sin ningún mando, dando muchos pases pero tropezados y sin gracia.
Pedro Carrero se llevó la única oreja de la tarde en el tercero, un animal desrazado al que el madrileño realizó una labor más de acompañar que torear, pero refrendada de un soberano espadazo que fue lo que le valió la oreja.
Un festejo distinto, difícil
La novillada de Monteviejo lidiada el sábado tenía expectación y, mejor o peor, fue un festejo distinto que en ningún momento aburrió y que mantuvo la atención del público. Los conocidos patas blancas son animales que tienen un comportamiento diferente, cambiante, quizá no para no hacer el toreo moderno de hoy día, pero sí para aplicarle la técnica y la lidia. Y es verdad que la novillada resultó mansa, no fue brava y hasta peligrosa y que Victorino Martín tiene un espinoso camino por delante para tratar de arreglar un encaste que está en peligro de extinción, pero también es digno de mencionar que fue noble, pujante y que se la castigó en varas lo que no está escrito, ya que algún novillo recibió hasta cinco puyazos. El 2º incluso fue bravo en varas. Éste es otro tipo de Fiesta y se notó que los novilleros no están acostumbrados a estos comportamientos y reacciones.
Miguel Ángel Cañas tuvo una tarde poco afortunada. Muy desanimado con su primero, que era noble pero le costaba pasar, no consiguió la tecla del brillo en una faena muy desangelada. Con el cuarto mostró desconfianza y poco sitio.
A Nuno Casquinha le correspondió el novillo con más opciones, el segundo. No terminó de acoplarse en una labor pulcra y de escasa trascendencia. Tras un feo bajonazo fue pitado. Pudo sacarse la espina en el quinto, un animal muy a menos con el que dejó dos series de buena factura; tras una estocada paseó una generosa oreja.
A Alberto Lamelas le tocó el novillo con más peligro y dificultades de todos los lidiados, con el que demostró ligereza y ninguna firmeza de plantas, buscando el aplauso fácil y encontrándose a merced del novillo numerosas veces, incluso fue volteado. Tras varios pinchazos y descabellos, Lamelas se permitió la osadía de darse una vuelta al ruedo ante la ira del respetable. Con el sexto, al que banderilleó con exposición, mérito y riesgo le planteó una faena colorista y populista muy del agrado del público, que tras cuatro pinchazos le valió una oreja totalmente festivalera.
En medio de la mediocridad
Tampoco se enderezó la feria en la tercera novillada de Moralzarzal. Un festejo plúmbeo y sin historia. El ganado de Ana Isabel Vicente dio pocas facilidades en general, pero peor aún estuvo la terna, sobre todo De Alba y López Díaz, que tuvieron una actuación lamentable y fueron despedidos a almohadillazos por el público. Sólo David Esteve se justificó.
Jesús de Alba pasó sus fatigas con el primero, un animal manso y con peligro con el que sufrió un quinario manejando la suerte suprema. Con el quinto se mostró desconfiado y dio un verdadero sainete con espada y descabello; sonaron dos avisos y no cayó el tercero por la bondad del presidente,
López Díaz mostró un absoluto desconocimiento de la técnica de torear. No dio ni un muletazo limpio a su lote y dejó una sensación pobre.
David Esteve reaparecía de una grave cogida, cortó la oreja de su primero y se justificó. Le correspondió el remiendo de “Torregrande”, un animal alegre hasta que se paró. El valenciano estuvo entregado en series muy conseguidas y, como mató de una estocada muy eficaz, paseó una meritoria oreja. El sexto era un utrero que acometía a oleadas. Esteve, muy centrado, demostró ser un coleta sólido y valiente con un buen conocimiento de la técnica; se demoró manejando con el acero y no hubo oreja.
Uno bravo con cinco mulos
La novillada del lunes estuvo precedida de una gran expectación. Se respiraba un gran ambiente a las puertas del coso y no en balde se juntaban la ganadería triunfadora en la feria de 2005, Torrenueva, y tres de los novilleros más interesantes del panorama,. Sin embargo, la ganadería de Torrenueva defraudó tanto por su pobre presencia como su mal juego. Sólo rompió el quinto de gran nota.
El resto, un cúmulo de mansedumbre y descastamiento. La novillada fue chica y la de menos presencia de la historia de este municipio. En descargo del ganadero hay que decir que los novillos reseñados se estropearon en el campo.
La tarde empezó mal por la cornada de Pérez Mota en su primero. Un novillo que había sacado problemas en la muleta y que le empitonó de mala manera al entrarle a matar.
De esta forma, la tarde se quedó en un mano a mano. Ángel Teruel cortó la oreja al segundo de la tarde, un animal noble y sin raza con el que anduvo a medio gas. El quinto novillo fue “Ventero”, el más serio, bravo, con transmisión y profundidad y que fue a más en el último tercio. Teruel compuso una faena compacta, donde algunas tandas resultaron muy desajustadas y sin reunión con el novillo pero otras, sobre todo una, tuvo mucha naturalidad y regusto haciendo vibrar al público. “Ventero” quería más, pero Teruel decidió pasaportarlo de un bajonazo que le valió dos orejas.
Daniel Luque se estrelló con los novillos que le tocaron. Estuvo perfecto con el segundo en una labor repleta de técnica pero que no refrendó con la espada. Pasearía una generosa oreja del quinto,tras una gran estocada y una labor con voluntad. Otra paseó Luque del sexto, intentándolo con cabeza aunque el de torrenueva fue remiso a tomar las telas. Cortó otra oreja para salir a hombros junto a Teruel.
Bien Moral y potable novillada
Se cerró la feria el martes 26 con la novillada más entretenida de todo el abono y en parte producida por los potables astados que Enrique Ponce envió a Moralzarzal y que sin ser dechados de bravura dieron muchas facilidades a los toreros para triunfar por su nobleza, clase y bondad. Hubo un novillo especialmente bueno y con grandes virtudes; fue el quinto y le tocó en suerte, y nunca mejor dicho, a “Chechu”, que consiguió cortarle las dos orejas. El madrileño se gustó en varias series, cimentando un trasteo con buenos pasajes, quizá sin terminar de explotar pero con momentos brillantes. Tras una media estocada caída al encuentro, se le otorgó el doble trofeo con algunas protestas.
Pepe Moral causó una grata impresión y exprimió al máximo a sus dos oponentes. Su primero se desplazaba bien pero tiraba un molesto gañafón al final de cada muletazo. Moral intentó siempre tirar del animal para hilvanar un trasteo con muletazos largos y mandones. Mató bien y tocó pelo. El sexto era un novillo serio pero totalmente inválido. El sevillano le mantuvo en pie siempre y cuando se rajó se dio un arrimón. Mató bien y la presidencia le robó una oreja con mucho mayor argumento que otras otorgadas.
El apunte
El escalafón de novilleros es muy vulgar. Pero eso no es óvice para que al confeccionar una feria se acartelen a un montón de diestros que no reúnen las condiciones mínimas para tener una actuación digna. De 15 puestos de la Feria de Moralzarzal, sólo Luque, Teruel, Moral, “Chechu” y Esteve se han justificado. Otros han pasado de puntillas y otros cuantos han tenido actuaciones indecorosas. La de Moral es una gran feria y hay que poner a los mejores novilleros y a los de mayor proyección del momento, no a otros.
Otro aspecto ha sido el ganado: ha habido mucha desigualdad. El serio novillo de Moral debe seguir dominando. Es lo que ha dado prestigio a la feria. A veces ha salido un novillo de un trapío justito. Y la presidencia debe tener un criterio único: o es festivalera o exigente, pero debe ser uniforme.3