Opinión

Cuatripartitos o la cuadratura del círculo

PP y Pivalde gobernarán Valdemorillo - Imposible ‘pentapartito’ en Galapagar

Manuel J. Ortega | Miércoles 22 de octubre de 2014
El tiempo de reflexión para aquellos grupos y partidos políticos que después de conseguir el pasado 22-M una o varias actas de concejal que, a priori, les pueden permitir inclinar hacia un lado o hacia el otro la gobernabilidad de su municipio empieza a tocar a su fin, porque en los primeros días de la próxima semana tendrán que decidir, después de muchos devaneos y de deshojar numerosas margaritas, qué opción van a apoyar y a cambio de qué. La oferta y la demanda están sobre las mesas de negociación, de ahí que muchos de los implicados en este cambio de cromos sigan sin dar el sí por aquello de si a última hora cae un mirlo blanco y les arregla su futuro económico durante los próximos cuatro años. Y es que para la mayoría de estos mercaderes del negocio político lo de menos son los programas o la ideología de sus futuros compañeros de gobierno. Lamentablemente, la Ley Electoral permite este tipo de picarescas en las que se pueden formar ‘tripartitos’, ‘cuatripartitos’ y hasta ‘pentapartitos’ con el único fin, la mayoría de las veces, de impedir que gobiernen las listas más votadas, aunque con ello tengan que desautorizar la voluntad de los ciudadanos expresadas a través del voto en las urnas.


Pactos para todos los gustos
En nuestra comarca, al menos hasta el momento de escribir estas líneas, la sensatez parece imponerse en algunos municipios, caso de Valdemorillo, donde el grupo Progresistas, liderado por Manuel Franco, ha intentado hasta última hora formar un ‘cuatripartito’ con PSOE, IU y Pivalde, oferta que fue desestimada por este último grupo al considerar sus responsables que esa opción “no supone una alternativa fiable para dar estabilidad durante una legislatura a un gobierno municipal”. Pivalde gobernará en coalición con el Partido Popular, lista más votada, y es posible que el entendimiento entre ambas formaciones y sus respectivas ‘lideresas’, Pilar López Partida y Carmen Villanueva, termine beneficiando al interés general de sus convecinos.

Pero la excepción no hace la regla, de ahí que el riesgo de los siempre interesados ‘cuatripartitos’ continúe latente en otras localidades serranas. De hecho en Navacerrada, Colmenarejo y El Boalo los partidos de izquierda y los independientes quieran aprovechar este fin de semana para continuar con sus negociaciones que tienen como único objetivo llegar a pactos, incluso contra natura, que cierren el paso, el próximo día 11 al bastón de mando a las cabezas de lista del Partido Popular, Izaskun Urgoiti, Nieves Roses y Carmen Díaz Carralón, aún siendo estas las más votadas en sus respectivos municipios.

La experiencia negativa de Galapagar
En cuanto a Galapagar, donde el Partido Popular se ha quedado a dos votos de la mayoría absoluta y pese al mal sabor de boca dejado por el anterior ‘cuatripartito’ que, como recordarán nuestros lectores, se rompió en septiembre de 2008 tras la moción de censura presentada por la Plataforma de Vecinos y apoyada por los populares, aún hay algunos ‘politiquillos’ que verían con buenos ojos un ‘pentapartito’ formado nada menos que por el PDGA de José Luis González -ex regidor del PP que accedió a la Alcaldía tras la renuncia de José Tomás Román-; PSOE, Izquierda Unida, Plataforma de Vecinos e Iniciativa Habitable, este último grupo vinculado a una presunta ideología xenófoba al oponerse, entre otras cosas, al empadronamiento de los inmigrantes ilegales y a controlar sus comercios. Esperemos que en este caso la sensatez se imponga y por tanto el Partido Popular, que se quedó a sólo dos votos de la mayoría absoluta, por el hecho de ser el más votado y bien a través de algún pacto de legislatura con PdVG o con el propio PDGA, aunque esta posibilidad de momento parece bastante remota, debe ser quien dirija los destinos de un Ayuntamiento que supera los 30.000 vecinos y que precisa del apoyo de todos los grupos políticos para salir de la grave situación económica en la que se encuentra desde hace varios años. Lo contrario sería intentar solucionar algo así como la ‘cuadratura del círculo’, un problema muy difícil o imposible de resolver hasta ahora.

En relación con este escabroso tema de los pactos postelectorales, el pasado lunes Libertad Digital publicaba el siguiente editorial: “La ansias de poder de nuestros políticos pueden conducir a la formación de gobiernos inestables y contra natura que, lejos de gobernar de acuerdo a los deseos de la mayoría de los ciudadanos, subvierten su voluntad en nombre de minoritarios intereses espurios”. Y es así, les guste o no a los implicados en este tipo de cambalaches que intentan pescar la mejor pieza en este río revuelto de la oferta y la demanda.