El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La visita a las instalaciones de Forjanor en Collado Villalba ha servido para confirmar que la actividad empresarial e industrial tiene y debe tener un importante peso en la localidad si ésta quiere asentar su posición de liderazgo en la Sierra. Se trata de una necesidad pero también de mantener una seña de identidad que se empezó a fraguar en la década de los 40 con la instalación de MADE. Más de 60 años después, términos como globalización, industrias limpias y competitividad forman parte cada vez más del vocabulario empresarial, y éste es un ejemplo de que no son incompatibles con el desarrollo. En ese sentido, las reservas de suelo en Cantos Altos y la zona de la ITV o el edificio de la cantera de empresas en el P-5 han de servir para afianzar el sector y adaptarse de manera definitiva a los nuevos tiempos.