El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
“Como en política, sobre todo en campaña electoral, parece valer todo, y si no que se lo pregunten a Tomás Gómez. JP se ha atrevido a decir en una entrevista concedida a ‘su’ periódico de cabecera ¿a quién iba a ser sino? en relación con la judicialización de la vida política en este municipio que “el único que de momento se ha sentado en el banquillo por una demanda interpuesta por una empresa (se refiere a Cover, propiedad de su amigo José Carlos Gómez), es el portavoz del PP, Agustín Juárez”. Y se quedó tan pancho. ¿Cómo se puede tener tan mala baba?, preguntaba Lobo Cojo. Que un alcalde ‘ilustrado’ y estudiante de Derecho confunda un acto de conciliación judicial, al que acudió Juárez para ratificarse en sus declaraciones, con una vista formal con juez incluido, es para ponerle un cero patatero al ‘susodicho’ por inculto. Eso se llama difamar, mentir, descalificar y cuantos adjetivos quieran ustedes añadirle. El fenómeno ya no sabe qué hacer, ni qué decir para salir del atolladero en el que esta metido a una semana de las elecciones, de ahí su crispación.Y como a perro flaco todo son pulgas, esta semana en su muro de Facebook un confeso socialista le reprochaba que la subvención que el Ayuntamiento debía pagar a su padre por ser el autor de un proyecto de la Escuela Taller se la han dado a otro, concretamente a un ex encargado de Cover, paisano y amigo a la vez, dicen, de uno de los que aparecían en la foto navideña de Andorra junto a JP. El ofendido ciudadano, que ha jurado no votarle, sigue esperando las prometidas explicaciones del ilustrísimo, que lo único que ha hecho hasta ahora es retirar el asunto de Facebook. ¡Viva la libertad de expresión!...”.