Opinión

Días de grandes acontecimientos

P. LEDO

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Llevamos unos días que no salimos de grandes acontecimientos. Un bodón real, que ha dado lustre a la Corona británica; una excepcional beatificación, en la que un Papa, después de cientos de años, ha elevado a los altares a su antecesor; la muerte de Bin Laden, el líder de la organización terrorista Al Qaeda con la que los Navy Seal vengaron la humillación yanki por el atentado de las torres gemelas de Nueva York, y ahora, en lo que todavía llamamos España, la sonada apertura de una campaña electoral, en la que el petardazo de salida lo ha dado el Tribunal Constitucional dando legitimidad para ser elegibles los compinches de ETA.

A este respecto, pasarán a la historia como autores de ello esa media docena de magistrados, todos ellos dóciles cumplidores de las indicaciones de Zapatero, el cual en los últimos actos de gobierno, dará coletazos -bilis que desovar-que harán temblar las bisagras del Estado.

Porque no nos engañemos, la sentencia del TC viene a converger con el doble juego que ha mantenido siempre ZP en esta cuestión. Por un lado, persigue a los terroristas, o eso dice, cubriendo, claro es, las apariencias, y por otro, trata de pactar con ellos, haciendo cosas que “no se pueden contar”, según dijo Urkullu, el líder del PNV. Primero, fue el impulso al Estatuto catalán; ahora esta cabriola electoral en el País Vasco. Todo al servicio de esa ‘otra España’, que no sabemos ciertamente cual es, pero que deducimos. Cada día que pasa se pone más claro que a ZP le falta ese sentido de grandeza que todo gobernante debe tener sobre su propio país.