EL BAROMETRO
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
La repesca de Rodolfo Urías, tan sorprendente como surrealista, dado que José Luis Santamaría llegó a dirigir dos entrenamientos tras ser presentado a la plantilla como nuevo entrenador, sienta un precedente muy peligroso en el CUC Villalba. Aptitudes de Urías al margen, la decisión mina la autoridad del presidente, cuya firmeza en las decisiones queda en tela de juicio, dado el exceso de flexibilidad demostrado, quizá víctima de las dudas y de una corriente de opiniones encontradas. En la lucha por ascender, quizá el Villalba haya perdido una batalla más importante: la del rigor y la seriedad.