Especial

Bilingüismo: ¿un concepto o una realidad?

Laura Escudier, Coordinadora Inglés. Laude Fontenebro School

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Durante estos últimos años no hemos dejado de recibir información sobre los esfuerzos, que está llevando a cabo la Comunidad de Madrid, para incrementar el número de centros bilingües en la región; sin embargo, cabe cuestionarse cuál es la dimensión real de ese bilingüismo.


Los expertos en la enseñanza de una segunda lengua insisten en que la inmersión en un contexto bilingüe es de carácter esencial para el uso y desarrollo del idioma enfocado al carácter comunicativo que implica su aprendizaje. Es por este motivo que el acercamiento al estudio del inglés, que se está llevando a cabo actualmente, y que resulta más exitoso que la mera y aislada instrucción del idioma, es aquel en el que se muestra la lengua a través de contenidos (Ciencias, Música, Arte...), donde el contexto real de la lengua ha de inventarse y esta es usada como vehículo para adquirir nuevas competencias.

Para que este contexto exista, también deben darse situaciones en la vida real en las que el idioma sea necesario y por este motivo, no solo el docente debe contar con la titulación académica adecuada, sino que además debe dominar la lengua, motivar a sus alumnos y responsabilizarse en la creación de espacios para el uso del inglés.

Debido a la masiva demanda de maestros de inglés por parte de los centros, nos encontramos con que en algunos casos los propios profesionales no tienen las habilidades comunicativas necesarias para impartir asignaturas en inglés y mucho menos para poder mantener una conversación, por lo que se presenta un problema de suma importancia cuya solución pasa por capacitar a los docentes y ofrecerles la posibilidad de desarrollar sus destrezas para ponerlas al servicio de sus alumnos.

Algunos centros cuentan con auxiliares de conversación ingleses que realizan esta labor comunicativa, pero cuyo esfuerzo, en muchas ocasiones, resulta insuficiente debido al gran número de alumnos que les son asignados y a los escasos periodos lectivos que comparten con ellos.

Otra pregunta que puede surgir analizando el planteamiento que proponen las autoridades sobre el número de horas que el inglés debe ocupar durante la jornada escolar, es la de cuántas horas al día permiten decir que un niño está adquiriendo una educación bilingüe.

Dentro de los planes educativos, para considerar un colegio como bilingüe, tan sólo se exige que un tercio de la jornada esté dedicada al inglés, a lo que muchos centros responden aumentando, hasta en un total de 5, las horas lectivas de inglés y añadiendo alguna otra hora de asignaturas como Ciencias y Plástica. ¿Es esto suficiente para completar una total inmersión idiomática? Quizá la respuesta tampoco esté sólo en el número de horas, que debería ser la mitad del horario lectivo para cada idioma, sino que nos debemos fijar también en otros factores.

La manera en la que se enseña el inglés nos da pistas sobre si el colegio al que acuden nuestros hijos es realmente bilingüe. El modo más eficaz para aprender una lengua es que se haga de una manera natural, al igual que se aprende una primera lengua, empezando con la comprensión y continuando con la producción. Cantar canciones, recitar poemas, escuchar historias, participar en concursos, celebrar festividades relacionadas con la cultura anglosajona son algunas de las actividades que nos permiten acercar el inglés a los escolares y conseguir que armonice con su rutina. Los estudiantes de hoy en día tienen acceso a una gran cantidad de contenidos formales, lúdicos y culturales que los docentes debemos aprovechar en el aula para la consecución de nuestro fin: que nuestros alumnos sean capaces de comunicarse en otra lengua con plena confianza.

Dada la situación actual, los hechos nos llevan a concluir que la oferta educativa bilingüe más real y cercana al modelo deseado por la Comunidad sería la que ya se está materializando en algunos colegios privados en los que la mitad del currículum se enseña en inglés y en donde las situaciones en inglés y en español se suceden a lo largo del día dando lugar al contexto bilingüe del que hablábamos.

El anhelo de cualquier docente dedicado a la enseñanza del inglés es que, en un futuro, este modelo se difunda y que todos los estudiantes tengan acceso a una educación que ampliará sus fronteras tanto profesionales como personales.