Editorial

La infinita torpeza del ‘profesor’ González y su “garantía de progreso”

EDITORIAL

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
El lamentable episodio de la visita-mitin de José Pablo González al instituto María Guerrero de Collado Villalba es el último ejemplo de algo que desde estas páginas venimos alertando desde hace tiempo: la actitud de quien confunde sus intereses con los de la ciudad. Plantarse en clase de unos alumnos de 2º de Bachillerato y acabar entregando unos pen-drive con su lema de campaña (Garantía de progreso: todo un sarcasmo viniendo de quien viene, auténtico paradigma de la involución política) es un acto partidista y puramente electoral, por mucho que el alcalde, que en el citado centro actuó como candidato del PSOE, haya tratado de vestirlo como “visita institucional”. No se entiende entonces por qué acudió con el secretario general de las Juventudes Socialistas villalbinas, ni tampoco por qué se entregó a los alumnos su propaganda electoral. Pero al margen de este hecho, ya de por sí grave, el torpe argumentario del alcalde se topó de nuevo con una de esas casualidades que tan frecuentemente jalonan su actuación: en el hotel Grau Roig de Andorra coincidió “casualmente” con los empresarios José Carlos Gómez y Evaristo Núñez, y ahora acudió al instituto cuyo director, también “casualmente”, es uno de los integrantes de la lista del PSOE en la localidad de cara a las elecciones del 22 de mayo, hecho que el regidor omitió deliberadamente en su respuesta a las críticas de la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid. Incluso tuvo la osadía de pedir la dimisión de la propia Lucía Figar, precisamente él que continúa aferrado a su cargo a pesar del escándalo del Caso Villalba y que tampoco ahora ha pedido perdón por esta nueva muestra de sus maneras absolutistas, más propias de quien piensa que el mismo suelo que pisa le pertenece.

Ya ocurrió con el caso del centro comercial y el entramado de relaciones que destapó El Faro del Guadarrama, llegando a afirmar en el periódico cuyo editor es precisamente uno de sus compañeros de fiesta en el citado hotel andorrano que criticarle a él era ir contra los intereses de Collado Villalba. Con ese paupérrimo razonamiento, el regidor y candidato socialista podrá decir también que censurar su actitud en el instituto es atacar al centro escolar. Pero es el profesor González quien, con una torpeza infinita y cierto grado de desesperación, ha vuelto a confundir sus intereses electorales con los de los villalbinos, olvidando que es el alcalde de todos y que la ciudad no es su cortijo particular.