Toros

Feria de Los Molinos: Daniel Luque demuestra su gran proyección

Esta feria ha tenido notas de interés para los aficionados
ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
La Feria de Los Molinos 2006 ha sido una buena feria de novilladas, la mejor de los últimos tiempos. Ganaderías de lujo, tres vueltas al ruedo para tres novillos, grandes éxitos de Daniel Luque o Salvador Fuentes y un gran ambiente en los festejos y en el encierro. Un abono redondo y muy interesante que ha hecho las delicias de los aficionados las tres tardes. Gran trabajo el realizado por el Ayuntamiento, que ha vuelto a demostrar que esta feria es uno de los buques insignias de la Sierra aunque se haya bajado el listón de presentación del ganado.

Dos buenos condesos...

Viernes 15 de septiembre de 2006. Novillada Picada. Más de medio aforo. Novillos del Conde de la Corte (1º, 4º y 5º) y María Olea, (2º, 3 y 6º), correctamente presentados, parejos, de agradables y cómodas cornamentas. De juego dispar, destacando el excelente 4º y el enclasado 5º, éstos premiados con la vuelta al ruedo aunque el segundo no lo mereciera. El resto nobles, justos de raza y a menos. Valentín Mingo, silencio y vuelta al ruedo; Jiménez Caballero, oreja benévola y silencio; y “Chechu”, silencio y oreja.

En la primera novillada de la Feria de Los Molinos se lidiaron los novillos de la mítica ganadería del Conde de la Corte. Un sexteto bien hecho, sin demasiadas alzadas, con cómodas y agradables caras y que en su conjunto dio un juego aceptable. Del lote, rompieron a embestir dos novillos de diferente condición. El tercero, por ejemplo, que fue ese condeso de gran alegría, largura en el viaje y galope en sus embestidas que siempre caracterizó a esta señera vacada. Le correspondió a Valentín Mingo, que tuvo la honradez de darle distancia y dejarle ver, aunque la faena saliera algo atropellada e intermitente. El animal, que antes había recargado en dos varas, continuó embistiendo por ambos lados y Mingo hilvanó un trasteo en el que puso todo de su parte sin terminar de redondear. El animal tuvo un fallo: al final de la faena se rajó, le faltó fondo. El novillero se entretuvo en pinchar varias veces, por lo que los premios se esfumaron. Por tanto, la vuelta al ruedo al animal puede ser un tanto discutida. Antes, Mingo lo había intentado con el primero de la tarde, un animal noble y sin trasmisión con el que lo intentó sin lucirse.

El otro novillo excelente fue el cuarto, un utrero serio, fuerte, de gran clase y profundidad en sus embestidas y que humilló una barbaridad con la desgracia de encontrase con Jiménez Caballero, que no le entendió en ningún momento. Se puso muy encima de él, le tropezó las telas constantemente, se le pasó muy lejos y no logró cuajarle como el animal requería. Caballero lo intentaba pero el público cada vez veía más novillo y al espada naufragando. Pinchó varias veces y se le dio una vuelta al ruedo al novillo. Antes, el catalán había cortado una oreja facilona a un novillo descastado que pronto huyó a tablas. Con la espada estuvo correcto.

Completaba la terna “Chechu”, que muleteó en primer lugar a un novillo noble y algo pegajoso que sin maldad iba y venía. Faena entonada del madrileño, que realizó un trasteo con muletazos sueltos. Después se mostró deficiente con la espada.

Cortó la oreja al novillo que cerró el festejo tras una labor algo fría a un utrero manejable que tuvo el refrendo de una buena estocada.

Festejo Triunfal
Sábado 16. Casi tres cuartos. Novillada picada. Novillos de “Martelilla” de justa presencia para esta plaza, terciados. Bonitos de hechuras, con escaso remate aunque de buenas caras y limpios pitones. De juego noble y manejable en conjunto para los toreros, destacando el bravo 5º y el 6,º que tuvo son y clase. Pérez Mota, oreja en ambos; Daniel Luque, dos orejas y oreja; y Salvador Fuentes, oreja en ambos.

Festejo triunfal el sábado 16, en la segunda de la feria, con un cartel compuesto por tres de los mejores novilleros del momento: Luque, Mota y Fuentes, que dieron una completísima tarde ante un potable encierro de “Martelilla”. Los tres chavales dieron una gran dimensión, especialmente Daniel Luque, que cuajó la mejor faena de novillero en lo que va de temporada en la Sierra. Festejo entretenido y con muchas cosas de relieve, aunque la novillada de “Martelilla” no gustó por su presentación, ya que la afición de Los Molinos está acostumbrada a otro tipo de novillos.

Daniel Luque realizó una notable faena al quinto, un utrero bueno, franco y repetidor. El sevillano reivindicó también en Los Molinos ser el novillero más prometedor del momento en una faena rebosante de temple, buen gusto y donde llevó muy toreado y por abajo a su oponente. Hubo tandas muy ligadas, consiguiendo hacer vibrar al respetable, que se entusiasmó con la torería de Daniel Luque. Sólo cortó un trofeo, ya que el fallo a espadas le mermó el triunfo. Sí cortó las dos orejas de su primero, en una faena donde el novillero demostró una cabeza privilegiada en una labor templada, haciendo que el animal rompiera hacía adelante.

No tuvo tanta suerte Pérez Mota a pesar de llevarse un apéndice de cada uno de su lote. Con su primero, un animal que siempre se quiso rajar y huyó a tablas, Mota dejó siempre la muleta muy en el morro para levantar una faena meritoria. También puso todo de su parte en el cuarto, un astado manso y aplomado con el que el jerezano intentó sacarle el máximo partido.

Salvador Fuentes fue otro de los destacados del serial y del festejo, al componer dos series de excelente empaque y suavidad al último novillo de la tarde, un animal manejable pero discontinuo en sus arrancadas con el que el sevillano dejó patente la clase que atesora. Menos entonada fue su faena al tercero, en una labor que pecó de fría y que también valió un trofeo de bastante menos peso que otras orejas otorgadas.

Miurada empalagosa...

Domingo 12. Novillada picada. Tres cuartos de plaza. Novillos de Eduardo Miura, de muy desigual presencia, grandes y con las cornamentas cómodas. De juego manejable, noble y blando en líneas generales, excepto el 5º,bronco y difícil. Jeremy Banty, silencio en ambos; José Manuel Sandín, silencio y pitos; y Joselito Adame, oreja en ambos. Bien “El Madrileño”.

Cerró feria el domingo 17 una ganadería ya clásica en esta feria, la de “Miura”. El encierro resultó noble, soso, falto de raza y sin ninguna trasmisión ni peligro para los espadas, si exceptuamos al quinto, todo un regalito. El público suele esperar otras emociones y dificultades de esta divisa. Esta vez no las hubo. Luego los novilleros estuvieron muy desdibujados, a excepción de Joselito Adame, que se justificó..

Banty muleteó sin demasiada convicción a su lote, que era tan noble como justito de todo. Hubo varios enganchones y las faenas resultaron poco limpias y deslabazadas.

José Manuel Sandín no entendió a su primero, que se dejaba pero que tenía un molesto calamocheo. El quinto de Miura, era alto, grandón y con malas ideas por brusco y peligroso, sobre todo por el pitón derecho. Sandín perdió los papeles en numerosas ocasiones de mala manera, se le vio sin recursos técnicos, pasando un quinario con los aceros. El público se mosqueó y le abroncó.

Joselito Adame fue quien mostró mejor predisposición de los tres novilleros. Su primero tenía calidad y largura por el pitón derecho y Adame le aprovechó en varias tandas, muy valiente y con ganas de agradar. Mató bien y se llevó un trofeo. El que cerró plaza llevó la cara altísima y aun así el mexicano consiguió meter los brazos y dejar tres buenos pares de banderillas. Con la muleta no se arrugó, se le vio muy capaz, prendiendo una estocada arriba.