Opinión

110: ¿Ingenio u ocurrencia?

J. Sánchez

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Justo cuando el debate de la velocidad en autopistas era el contrario, aparece por arte de magia la propuesta de su reducción. ¿Ingenio u ocurrencia? La fijación de una concreta limitación de velocidad ha estado siempre guiada por el mantenimiento de la seguridad vial. Ahora la economía puede llegar a justificar su alteración, con lo que se llega al absurdo que importa más el bolsillo que incluso nuestra propia salud vial.


En estas estamos. Después de algunas prescripciones más o menos acertadas, más o menos oportunas u oportunistas, la recomendación es ir a 110, mejor, la prohibición es no sobrepasar el 110. Así ahorraremos dinero o lo perderá el que se distraiga. El Estado recaudará más en todo. No se inquiete, no perderá puntos salvo que vaya a 141. Aprovecho para recordar que en los vehículos aún se puede fumar, beber una lata de coca-cola y conducir a la vez. Todavía. Esta nueva prohibición es la última de una larga lista y ha dado pie en los corrillos a nuevas ideas. Algunas ingeniosas y simpáticas. Hay quien dice que de plantas y maceteros en viviendas puede prescindirse con el consiguiente ahorro de agua y riesgo. La planta domiciliaria es estética y poco productiva. Volvamos a introducir ladrillos en cisternas para un ahorro de la descarga. Y para qué aspirar alfombras, si de toda la vida han quedado mejor sacudidas por la ventana con el consiguiente ahorro de electricidad. La solución a la crisis, está por loo que se ve en manos de todos. En el nombre de la crisis se están haciendo muchas cosas. Como si la crisis económica que sufre este país fuese el mismísimo Dios.