Fue necesaria la intervención de la Guardia Civil
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Cuatro horas tuvieron que esperar los participantes del Campeonato de Windsurf de Madrid en las instalaciones del Club Deportivo Canal del embalse de Valmayor. Cuando los competidores y la juez de la Federación Madrileña de Vela se disponían a comenzar la primera prueba, el pasado sábado a las 11.00 horas, varios coches de vigilantes privados se presentaron para impedirlo.
En realidad, como reconocen los organizadores de la federación, el conflicto viene de hace años, cuando este club suprimió la escuela de vela y expulsó de sus instalaciones a los monitores. Desde entonces, los practicantes de estos deportes tienen que acceder al pantano por caminos, hasta la zona denominada como la playa.
La Federación Madrileña de Vela solicitó al Canal de Isabel II el permiso necesario para que los participantes y el juez pudieran acceder al agua desde sus instalaciones. Según explican estas fuentes, “el Canal de Isabel II no ha contestado a nuestra petición, por lo que decidimos continuar con el calendario del campeonato”. Cuando los deportistas estaban en el agua y la juez se disponía a levantar la bandera para dar comienzo a la prueba, los numerosos vigilantes privados del club deportivo se dispusieron a su alrededor para impedirlo. A partir de ese momento, se sucedieron momentos de tensión, que desembocaron en la llegada de agentes de la Guardia Civil. La Benemérita se vio envuelta en un compromiso difícil de resolver. Mientras que los vigilantes tenían orden de no permitir a la juez que diera el inicio de la prueba, ésta se empeñó en cumplir el mandato de la federación. “El arrojo de la juez, presentando sus papeles y demandando la prohibición del Canal de Isabel II por escrito, fue determinante para que, casi a las cuatro de la tarde, diera comienzo la primera prueba”, explicó a El Faro del Guadarrama un miembro de la organización.
El domingo, sin problemas
Al día siguiente, en que estaba prevista la segunda prueba del mismo campeonato, los organizadores y deportistas esperaban que el Canal intentase de nuevo impedirlo. Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula al comprobar que en esta ocasión nadie opuso ninguna resistencia. Desde el mismo Canal de Isabel II confirmaron el propio sábado que no existía ningún problema sobre esta celebración, que ya había sido autorizada. Los concursantes y organizadores no terminan de explicarse cuál ha sido el motivo, a nivel interno, que desbloqueó la situación.
Desde hace años, la actividad deportiva y de clases de deportes de vela ha experimentado una drástica reducción, tras la expulsión de algunas de las escuelas que allí operaban.