Opinión

El efecto mariposa

M. Fossati

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
A pesar de ser conscientes de que nos roban en cada paso que damos, prueba de ello es esa comisión de la que el banco no te avisa, el precio de la gasolina y el gasoil igual en todas las estaciones de servicio pese a la libre competencia, esos recibos ininteligibles de las compañía eléctricas, el gobierno que te recorta el sueldo y las pensiones sin avisar y que, además, nos condena a trabajar más años para poder jubilarnos y acceder a una miserable pensión...) no parece que estemos por la labor de ponernos en rebeldía.


Se equivocan aquellos que intentan comparar la reciente situación de revuelta de los países árabes con nuestra supuesta apatía y desmovilización. Desde mi punto de vista es algo incomparable porque a pesar de que nuestros gobernantes y administradores nos engañan miserablemente con los cambios de compañías telefónicas o nos obligan a creernos que ahora es inevitable trabajar más y cobrar menos (¡ay, pasó por nuestra vera sin tocarnos la era de las prejubilaciones felices) no vamos a mover siquiera el dedo meñique, puesto que aunque casi nadie sepa las razones, muchísima gente sigue viviendo en la abundancia, se quiera reconocer o no. Y esto sucede en un país con casi cinco millones de parados, con miles de familias colapsando los comedores sociales y pese a los recortes salariales, al incremento de precios e impuestos y, también, pese a los engaños a los que estamos sometidos. De momento, porque la revolución está ahí al lado y ya saben ustedes aquello del efecto mariposa...