ALFREDO FERNÁNDEZ | Miércoles 22 de octubre de 2014
Víctor Barrio tuvo una actuación extraordinaria en el mano a mano que dirimió con Juan del Álamo en la novillada de apertura de la feria de Valdemorillo. Un total de cinco orejas paseó de una birria de encierro de José Cruz, y casi pasó por encima de su competidor, que tuvo una tarde discreta, a pesar de toparse con el peor lote. Los novillos del ganadero vasco tuvieron poca fuerza, nobleza y transmisión; el de más fondo y repetición fue el tercero.
Barrio firmó la faena más redonda frente al cuarto, un ejemplar manejable con el que estuvo con la mente despejada y reposado. Hubo varias series sobre ambas manos de nota alta, y especialmente una profunda sobre la zurda. Hubo pases al ralentí en muchos momentos y el broche de faena de toreo por bajo fue explosivo. Cortó dos orejas. Otras dos sumó del flojo y terciado novillo que cerró plaza, con el que el segoviano tuvo el mérito de sujetarle y luego torearle con pulso y cadencia sobre ambas manos en una buena faena.
Barrio también paseó una del buen segundo tras una labor variada y presidida por las ganas, aunque estuvo más importante en sus dos otros novillos. Con mucha diferencia, su actuación fue lo mejor de la feria de San Blas 2011.
Juan del Álamo estuvo fácil y resolutivo, pero le faltó llegar al tendido. Su flojo primero era muy soso y el novillero pecó del toreo periférico y bullidor. Erró con los aceros.
El sobrero de Tomás Entero fue un adefesio indigno, totalmente ayuno de sangre brava. Poco pudo hacer con este morucho el torero mirobrigense que pasarse sin lucimiento.
La oreja de consolación vino en el quinto tras una faena donde apretó el acelerador y puso mayor fibra, aunque la sensación que dejó fue poco positiva.
Abrió plaza el rejoneador Álvaro Montes, que se enfrentó a un choto que acabó echándose. No estuvo acertado en banderillas y la cuadra equina todavía está muy poco puesta.