Opinión

Hipotecas

Pedro Bolívar

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Existe un gran desconocimiento, en general, respecto a las responsabilidades que se asumen al contraer una deuda hipotecaria. La gran mayoría de españoles piensa que la propia hipoteca es la garantía de las obligaciones del deudor, de forma que ante la imposibilidad de su pago se respondería solo con el bien hipotecado (piso, casa, terreno, etc.). Pero lo cierto es que el deudor responde al cumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes presentes y futuros. En los países anglosajones lo habitual es la responsabilidad con sólo el bien hipotecado, por lo que ante un embargo se responde únicamente con ese bien.

Como en nuestro país ha habido una depreciación en casas y pisos en los últimos tiempos, se está produciendo la doblemente terrible situación del desahucio-endeudado, pues sigue manteniendo una alta deuda con la entidad financiera acreedora. O sea, en el caso más típico, se queda sin casa donde vivir y con una deuda que no puede pagar.

Pero la batalla política contra la obligación legal de responder con todos los bienes en caso de embargo hipotecario está en marcha. La inició IU en la Asamblea de Madrid y después Gaspar Llamazares en el Congreso, donde presentó una proposición no de ley contra la actual legislación nacional, pidiendo la supresión de cualquier otro elemento de garantía ajeno al propio bien hipotecado y la suspensión temporal del pago de la hipoteca de los trabajadores en paro o con dificultades. Pero la vicepresidenta económica, en la defensa del voto contrario a esa proposición, dejó bien claro que el Ejecutivo no tiene ningún interés en cambiar la norma, toda vez que “son las entidades financieras las que exigen garantías”. La realidad es que los bancos ya habían reaccionado airadamente frente a esa propuesta, y ya sabemos quién manda en este país.

El asunto, sin embargo, lejos de haberse cerrado tiene todavía mucho recorrido político, ya que la Audiencia Provincial de Navarra ha ratificado a un juez que se niega a que un banco, que previamente había ejecutado la hipoteca y se había adjudicado el inmueble por el 50 por ciento del valor de tasación, continúe reclamando la deuda restante a la familia.

Ante la demanda del BBVA de proseguir con la ejecución de la deuda, el tribunal estima que no ha lugar y fundamenta su argumentación en que el banco había tasado el activo inmobiliario por una cantidad que satisface con creces la deuda hipotecaria que recaía sobre la familia. Es más, el tribunal recuerda que las entidades bancarias tienen una responsabilidad insoslayable en la crisis que estamos padeciendo, y que es precisamente esta crisis la que ha dejado en paro y sin ingresos a muchas familias que en estos momentos no pueden hacer frente al pago de la hipoteca.

Así que la batalla política para intentar impedir que se sigan produciendo tantos desahucios y llevando a la miseria a tantas y tantas familias sigue abierta y ahora respaldada por la justicia.