JULIA RAMOS Collado Villalba
El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Viendo el resumen (más bien intervención del alcalde de Collado Villalba) en el último pleno, sigo pensando lo mismo: la mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo. Me da la impresión de que si coincide (¡qué ‘coincidencia’!), en un hotel nada menos que a unos 700 kilómetros del lugar de residencia, un alcalde con el mayor constructor de la zona, pasan la Nochevieja juntos, tan juntos que hasta se hacen fotos, y este constructor es quien se ha llevado la obra más cara y para muchos inútil del pueblo [túnel-parking de Honorio Lozano], que le ha hipotecado por 40 millones... pues no es parecer muy honrado, aunque lo sea. La coincidencia es muy grande, tan grande que, perdónenme, me cuesta creerla. Y lo mismo me sucede en la coincidencia en amistad y vacaciones del coincidente concejal de Urbanismo y ahora de Hacienda. Pasar vacaciones en el Caribe con el mismo constructor a mí, al menos, me da que pensar.
Demasiadas coincidencias: en lugar, tiempo, obras adjudicadas.... Me parece que es caminar por el filo de la navaja y esto siempre es peligroso.
Y, por supuesto, en Collado Villalba se han hecho muchas cosas. Demasiadas cosas no suficientemente claras, obras innecesarias, costosas, mal enfocadas, sin contar con los vecinos y diciendo lo contrario (caso de mi barrio, el Parque de La Coruña). Se han aumentado sueldos astronómicamente, el personal de confianza (¿de quién?) pagado con nuestros impuestos; se cierra el foro municipal, se cambia de concejal un área ante el cariz que estaba tomando el descontento del personal, se despiden a trabajadores que ganan el juicio correspondiente y hay que pagarles los salarios dejados de percibir, o sea, “vacaciones pagadas”, y esto sin que el responsable se manche las manos, porque se paga con nuestros impuestos, tanto los salarios como los costes de los juicios. Y aquí seguimos, en este pueblo atormentado, sucio (paseen por el Vial Sur, que se limpia de manera natural con el viento y la lluvia y estaba lleno de hojas), con las calles cada vez más bacheadas (vean Gabriel García Márquez, por ejemplo), pero con un alcalde del Partido Socialista que se rodea de quienes se rodea y a quienes premia y cómo les premia. Es la vida... si no hacemos nada por cambiarla.