El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Una vez más, Fresnedillas de la Oliva, Navalagamella, Robledo de Chavela, Villamantilla, Navas del Rey y Chapinería despidieron el año con la tradicional Hoguera de los Quintos, una tradición que se conserva de la época en que el servicio militar era obligatorio y los quintos festejaban su mayoría de edad con la celebración de hogueras en la plaza.
La tradición en Fresnedillas de la Oliva es que los jóvenes descarguen los camiones de leña sobre las 16.00, para después invitar a merendar a los vecinos a sus casas. Hacia las 20.00 horas, lugareños y visitantes se reúnen en la plaza del municipio, prenden la lumbre y, tras las uvas, se vuelven a encontrar al calor de las ascuas.
Robledo de Chavela tiene una particularidad: todos los quintos, tras descargar los carros, van a la misa de Nochevieja y allí se les impone la medalla de la Virgen de Navahonda. Era una tradición basada en que la patrona protegía a los mozos que salían del pueblo para realizar el servicio militar. Después de la eucaristía se enciende la hoguera en la plaza de Piedita.
En Navas del Rey, la mañana del día 31 se pasa en el campo, donde los quintos cortan las ramas secas de las encinas para preparar el fuego de la noche. Después de las campanadas se enciende la hoguera y comienza el baile junto al calor que desprenden los rescoldos.
En Villamantilla los preparativos comenzaron un día antes, el 30, sobre las 22.00, cuando los quintos y la rondalla recorren la localidad rondando a las solteras con canciones y dichos populares. El día 31 se celebra la comida campera a base de chorizos y carne de cerdo pinchada sobre retamas bien afiladas que se doran a la brasa. Después, los mozos trasladan el carro cargado con la leña y los jóvenes entran en Villamantilla acompañados de música para, a la caída del sol, prender la leña de la hoguera. Los quintos de esta localidad preparan una fiesta en la Casa de Cultura para los asistentes, con orquesta incluida.