Galapagar

El río Guadarrama recupera su aspecto natural en Puente Nuevo tras eliminarse la presilla de la M-519

RICARDO FANJUL | Miércoles 22 de octubre de 2014
Transcurridos los primeros meses desde la eliminación de la presilla del río Guadarrama, bajo la carretera M-519 entre Galapagar y Torrelodones, el cauce y sus márgenes se encuentran prácticamente naturalizados. Como se puede observar desde el Puente Nuevo gracias a la anchura y escaso caudal del río que da nombre a la Sierra, y que los árabes denominaron de las arenas, ahora es visible el fondo arenoso con tramos de piedras que siempre habían caracterizado este tramo de Galapagar. Un tramo fluvial al que acudían numerosos bañistas hasta los años 70 en que comenzó su rápida degradación.


Esta pequeña mejora en el castigado río Guadarrama se debe a la actuación que realizó recientemente el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural, a través de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT).

Como ya publicó El Faro del Guadarrama, este organismo invirtió 100.000 euros en esta zona del Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama, no sólo para eliminar el viejo azud que embalsaba las aguas desde hace décadas, sino para restaurar las orillas fluviales. Para ello se procedió a eliminar ejemplares de vegetación invasora y a plantar especies autóctonas.

Recuperando la forma...

Con la destrucción y eliminación de la vieja presilla ya se están alcanzando algunos de los objetivos anunciados, tales como la recuperación de la morfología natural del cauce; la mejora de la composición y estructura de la vegetación de las riberas y los hábitats; la recuperación de las comunidades piscícolas y la continuidad longitudinal del sistema fluvial. Tras esta intervención, las comunidades piscícolas, principalmente las trepadoras como el barbo antes del desove, amplían ligeramente su reducido hábitat en el Guadarrama medio. Así pues, de cara a la próxima primavera estas especies disponen de una franja de río libre de obstáculos entre el embalse de Molino de la Hoz en Las Rozas (0,5 hectómetros cúbicos de agua altamente contaminada por salmonela debido a los continuos vertidos de Torrelodones y de la depuradora de Galapagar, que sigue vertiendo al río sin depurar) y el azud de Las Nieves en La Navata-Galapagar (0,6 hectómetros de agua permanentemente contaminada por las aguas que tampoco depura la estación El Endrinal de Collado Villalba).
...pero no el fondo
Aunque efectivamente la actuación de la CHT ha supuesto un necesario lavado de cara del río y sus alrededores, su verdadero problema, la contaminación de las aguas, sigue sin abordarse con determinación por ninguno de los organismos responsables. Y Galapagar sigue siendo el municipio donde más agresiones presenta este río en su recorrido por la Comunidad de Madrid.

En 2002 ya lo advertía un detallado estudio de Ecologistas en Acción y el año pasado otro grupo conservacionista independiente lo ha vuelto a confirmar.

Los vertidos de aguas fecales directos al río o a sus arroyos siguen produciéndose impunemente en este municipio, a pesar de las continuas denuncias presentadas en los últimos años por los vecinos.

Un grupo de expertos de Grama (Grupo de Acción para el Medio Ambiente) se interesó el pasado año por el estado de este cauce y realizó un nuevo estudio a pie, por sus riberas, obteniendo unas preocupantes conclusiones. El estudio, realizado entre Collado Villalba y Batres, concluía que las causas más importantes de contaminación del río Guadarrama “son la escasa depuración de las aguas en las distintas estaciones de tratamiento, por ejemplo la EDAR de Galapagar-Torrelodones y los vertidos líquidos incontrolados. Estos aparecen a lo largo de todos los tramos, en forma de colectores procedentes de las distintas urbanizaciones, que incorporan aguas al río sin ningún tratamiento”.

Además, continúa este informe, “se han encontrado al menos cuatro arroyos muy contaminados. La procedencia de estos no ha sido comprobada en todos los casos, si bien uno de ellos proviene de la EDAR de Móstoles. Otro punto destacable de vertidos es la EDAR de Galapagar-Torrelodones, con un efluente continuo de aguas sin depurar convenientemente. Asimismo, existen arroyos muy contaminados por los que circula agua de ínfima calidad. A destacar serían los arroyos de Peguerinos en Galapagar, de Valenoso, en Villaviciosa de Odón, del Soto y del Aguijón en Móstoles y de Fuente Juncal en Navalcarnero, todos ellos enormemente contaminados”. En el apartado referido a las construcciones ilegales se mencionan las infraviviendas de la N-V y “las urbanizaciones en las que no se respetan las distancias mínimas de construcción, como Molino de la Hoz, o La Navata y Los Jarales en Galapagar”. Tras un pormenorizado detalle de las distintas agresiones al río, el informe concluye que el término con “más afecciones es Galapagar, con 46 de 234, casi el 20 por ciento de las incidencias. La mayoría relacionadas con agresiones sobre la ribera del río, específicamente construcciones en la zona de policía, sin respetar el mínimo espacio exigido por la legislación”.