Quijorna

En busca de la bandera verde para el colegio de Quijorna

El Faro | Miércoles 22 de octubre de 2014
Un Belén con material reciclado es la última propuesta medioambiental del colegio público Príncipes de Asturias de Quijorna para conseguir la “bandera verde” que culmina el proyecto Ecoescuela con el que se han comprometido profesores, padres, alumnos y Ayuntamiento del pueblo. Para ello hay que acreditar un consumo responsable y la aplicación de prácticas sostenibles en la vida diaria del centro de este pueblo de poco más de 3.000 habitantes, único de toda la comarca Sierra Oeste y Sierra adscrito a la iniciativa de las ecoescuelas.

Toda la comunidad educativa se ha unido para afinar el consumo de agua y electricidad, aplicar principios de reciclaje, plantar árboles, limpiar el arroyo y, como proyecto estrella, cavar y limpiar azadón en mano el huerto escolar que coordina de forma voluntaria el conserje del colegio, Antonio Cerón, “quijornés de pura cepa y un pilar fundamental de este centro”. Él aconseja dónde y cuándo plantar tomates, pimientos, lechugas o cebollas, con qué tierra y abono natural o la época y mejor orientación en busca del sol de invierno.

El colegio se encuentra en el segundo de los tres años que componen el proyecto que le distinguirá como verde con mayúsculas. A mitad de este curso, el maestro Alejandro Villarnovo, secretario y coordinador del proyecto, no puede ser más optimista con los objetivos ya conseguidos: “Los niños aprenden de forma significativa a manipular los objetos, aprenden su utilidad práctica. Hemos fabricado una estación meteorológica y aprecian el crecimiento de las plantas del huerto escolar en el huerto, no en los libros”.

Villarnovo destaca la inmediata puesta en marcha de la planta de compostaje y el impulso a los pequeños arreglos del edificio para hacerlo más eficiente, tarea en la que ha sido fundamental la ayuda municipal. “A través del Plan E, el Ayuntamiento nos ha dotado para reformar la instalación de agua del centro y la calefacción para hacerlos más eficientes y sostenibles y hemos instalado unos paneles solares. Siempre se puede conseguir más, pero estamos muy satisfechos de la colaboración municipal”. Por su parte, el concejal de Medio Ambiente, Óscar Bermejo, se muestra especialmente contento de los 60.000 euros destinados al centro escolar para reformar la instalación de agua y calefacción, y la instalación de los paneles solares, todo para fomentar el ahorro energético en el colegio y hacerlo más eficiente.

Almudena Rivera, presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), valora especialmente el hecho de que “los padres somos uno más en el proyecto, cuentan con nosotros para todo”. El proceso de decisión es transparente y democrático entre todos los miembros de la comunidad escolar y se articula por medio de un comité con representantes de los alumnos más mayores, el AMPA y el Ayuntamiento, con el conserje como interlocutor.

Para obtener la bandera verde el centro pasa auditorías periódicas que revisan si los objetivos propuestos y los proyectos en marcha llevan buen rumbo, y el hecho es que lo llevan. Entre las iniciativas, destacan la creación de una patrulla verde dedicada a velar por el cuidado del medio ambiente en el colegio; impulsar el día de la fruta; promover actividades conjuntas entre padres, profesores y alumnos; creación de una mascota y la ampliación del campo de actuación ecológico más allá del entorno inmediato del colegio, llegando, por ejemplo, al arroyo y el parque que hay junto al centro.

Limpieza del arroyo
El proyecto comprende tres cursos escolares. El primer año se dedicó a los residuos, este segundo gira en torno al consumo responsable del agua, y el último incidirá sobre la energía. Para conseguirlo, se efectúan limpiezas periódicas del arroyo que discurre en paralelo al colegio y, en colaboración con el Ayuntamiento, que aporta el material verde y la colaboración de técnicos, se está ejecutando por los niños la plantación de 25 árboles autóctonos en el parking de colegio. Fresnos, chopos, arces y olivos que serán alojados en su alcorque la próxima primavera, mientras profesores y jardineros municipales explican a los niños “cómo se planta un árbol”.

Según los responsables, las enseñanzas no se pueden quedar en las cuatro paredes del centro, sino que debe extenderse a la “mejora del entorno”. Para ello, nada mejor que “enseñar” a los pequeños la mucha basura que los mayores podemos llegar a tirar en un entorno tan delicado como el arroyo que atraviesa Quijorna. Lo han hecho dos veces, en octubre y febrero de este año, donde escolares provistos de guantes, bajo la supervisión de sus maestros y con la inestimable ayuda de los padres, han comprobado que aún habiendo mejorado mucho el aspecto del parque y el arroyo, todavía es necesario mayor esfuerzo por parte de todos para que desaparezcan definitivamente todos los residuos y nuestro entorno sea más seguro y limpio”. En esta actividad, los niños aprendieron cómo separar los residuos para su correcto reciclaje y colocaron carteles elaborados por ellos mismos “para recordarnos a todos que queremos mantener esta zona limpia”.

Huerto escolar
Con todo, el proyecto estrella, el que más gusta a pequeños y mayores, es el huerto escolar. El espacio se distribuye perfectamente organizado en bancadas por cursos y cuenta con una pequeña estación meteorológica casera hecha por los propios alumnos. Alrededor de este espacio se ofrecen talleres sobre tareas en primavera para el huerto, formación práctica sobre viveros, alimentación de las plantas, su reproducción en semillas, esquejes o injertos, métodos de riego para fomentar el ahorro, elaboración de conservas, etc.

Para finalizar, unos consejos que ya conocen los alumnos de Quijorna: la mejor y más ecológica manera de controlar plagas es, por ejemplo, la resina de las piñas que combate la araña roja; las hormigas no soportan los polvos de talco y la sal, y la mejor manera de repeler el pulgón es la ortiga pulverizada y el tabaco. Mucho adelanto en sólo año y medio si se tiene en cuenta que los primeros pasos fueron distinguir qué parte se come de la patata o la diferencia entre un bulbo y el tubérculo.